'Thierry', el representante de ETA durante las conversaciones con el Gobierno en la última tregua

Francisco Javier López Peña, alias 'Zulos' y 'Thierry', forma parte de la dirección de ETA desde hace más de dos años, tal y como se puso de manifiesto durante la tregua de la banda cuando acudió en representación de la organización terrorista a la reunión con enviados por el Gobierno celebrada a mediados de diciembre de 2006. López Peña ocupó el lugar que hasta entonces había ocupado el máximo jefe de la banda, José Antonio Urrutikoetxea, "Josu Ternera".

La tregua de ETA quedó rota después de esa reunión con el atentado contra la T-4 de Barajas, lo que ha llevado en diversos medios a atribuirle la responsabilidad de la vuelta a las acciones terroristas y a presentarlo como el máximo responsable de la banda, dato este último sobre el que no hay acuerdo entre responsables policiales. El papel de López Peña en el seno de ETA durante muchos años ha sido un papel discreto, correspondiente al de un cuadro medio de la organización terrorista.

Sólo a raíz de su identificación como uno de los representantes de la banda en la fase final de las conversaciones con los enviados por el Gobierno español se tuvo noticia de su presencia en la dirección de ETA. López Peña, que cumplirá 50 años el próximo 30 de mayo, nació en Galdakao y entró a formar parte de ETA político militar.

Militante de escasa de relevancia

Un antiguo dirigente de esta organización recuerda a Javier López como un militante de escasa relevancia y preparación que evitaba asumir compromisos que supusieran riesgos. Se sospecha que durante algún tiempo estuvo huido en América, aunque más tarde se le situó realizando diversas actividades en la estructura de ETA en Francia: en el aparato logístico, a principios de los noventa, impartiendo cursillos y, más recientemente, como uno de los encargados de Harrera, el aparato que se ocupa de alojar en territorio francés a los miembros de la reserva de ETA.

Las investigaciones realizadas en territorio galo permitieron detectar que López Peña, junto con Luis Armando Zabalo Bilbao, detenido en Francia en junio de 2004, se encargaba de mantener citas con los miembros de ETA que llegaban huyendo a territorio galo y les proporcionaba alojamiento. Su función consistía en trasladar a estos activistas de un piso a otro y ocuparse de transmitirles las instrucciones de la dirección de ETA. Por estas actividades fue juzgado en rebeldía por los tribunales de París y condenado el 8 de julio de 2005 a siete años de cárcel.

Impartía cursos de armas y explosivos

El 8 de junio de 2007 fue vuelto a condenar por los tribunales galos a dos años de cárcel después de que su foto hubiera sido encontrada en escondites del aparato logístico en 2003. Los servicios policiales consideran que en los últimos años también se ha ocupado del adiestramiento de los etarras que estaban a su cargo, a los que impartía cursillos sobre el manejo de armas y manipulación de explosivos. A raíz de la detención, en enero de 2007 en Port Bou, del miembro de ETA Iker Aguirre, el juez Baltasar Garzón dictó una orden de busca y captura contra López Peña.

Según el auto de Garzón, 'Thierry' visitó en cuatro ocasiones a Iker Aguirre cuando este se encontraba oculto en una casa en territorio francés y le proporcionó adiestramiento sobre armas, así como sobre la adopción de medidas de seguridad. La versión que sitúa a Javier López al frente de ETA lo presenta también como jefe directo de los comandos de la banda, algo sobre lo que no ha aparecido el menor dato. Todo lo conocido en los últimos cuatro años revela que es Garikoitz Azpiazu, 'Txeroki', el que ejerce esa responsabilidad. Las actividades que se conocen de este dirigente etarra son las propias de quien está al frente de los comandos.