Estrellas andaluzas para una noche de cine

Son cuatro nombres propios del cine español que comparten dos cualidades casi insólitas: los cuatro tienen raíces andaluzas, y los cuatro disfrutan, en este momento, gracias a los éxitos, premios y reconocimientos que han cosechado recientemente, de las mieles del éxito profesional. Antonio Dechent, Macarena Gómez, Vicente Romero y Antonio de la Torre tendrán, dentro de muy poco, algo más en común: serán los protagonistas del salto al largo del cortometrajista jerezano Juan Miguel del Castillo, pródigo y multipremiado director de cortos que prepara para este mismo año el rodaje de Noche por soleá, una coproducción de Caliche Films cuyo presupuesto rozará los dos millones de euros.

Del Castillo tenía muy claros, desde hace tiempo, los principios «irrenunciables» que determinarían su primera película: «Se haría en mi ciudad, contaría cosas sencillas y sus personajes serían gente cercana, porque para resultar creíble, para poder transmitir algo, uno tiene que hablar de lo que conoce, al menos de entrada».

Para ello contará con un plantel de intérpretes que, en los últimos tres años, ha conseguido situarse en la primera línea de la cinematografía patria.

Con Almodóvar

Antonio de la Torre, por ejemplo, es uno de esos actores de moda a los que llegar a la cima les ha costado sangre, sudor y nóminas. Aunque su debut fue en Los peores años de nuestra vida de Emilio Martínez Lázaro, y en televisión obtuvo una cierta relevancia pública gracias al éxito de Padre Coraje (El Loren), lo cierto es que desde los años 90 ha participado como secundario en más de 30 películas, hasta que en 2007 le llegó la recompensa en forma de Goya al Mejor Actor Secundario gracias a AzulOscuroCasiNegro.

Para 2009, tiene casi cerrada su participación en Los abrazos rotos, la próxima de Almodóvar, y confirmado un protagonista en Gordos, de Sánchez-Arévalo.

Vicente Romero, compañero de generación, sorprendió a propios y extraños con su interpretación del El Maquea, también en Padre Coraje, papel le brindó el Premio al Mejor Actor Revelación concedido por la Unión de Actores. Después participó en el rodaje de filmes como 7 vírgenes, de Alberto Rodríguez, Horas de luz, de Manolo Matjí y Las horas del día, de Jaime Rosales. Su último rol, en La noche de los girasoles, le ha valido el reconocimiento del público y la crítica.

El reto, tal y como se lo plantea del Castillo, no es nada fácil: el cineasta quiere contar Jerez, pero «desde la perspectiva de la peña sencilla que vive en esta ciudad, con sus problemas y sus vicisitudes cotidianas, con sus pequeñas y grandes tragedias, sin aspavientos dramáticos y huyendo todo lo posible de los tópicos», aunque tampoco se plantea renunciar «a la esencia andaluza de nuestra manera de ser, de pensar y de vivir, ni en lo que narramos ni en la forma en que lo hacemos».

El hilo conductor de la trama, el nexo que une a personajes y unifica el relato es el flamenco: «Pero que nadie se engañe, ésta es una historia enmarcada dentro del cine social, que tiene la peculiaridad de que transcurre en la calle, en tascas, tabancos y peñas», templos donde el flamenco se consagra como una forma suprema de expresión artística, hermosa, honda, telúrica y visceral.

En ese espíritu «cuadraban perfectamente» los otros dos protagonistas de la trama: Antonio Dechent (Intacto, Smoking Room, Atún y chocolate), que ahora triunfa en prime time gracias a su rol de padre poco ejemplar en La familia Mata; y Macarena Gómez, (El calentito, La dama boba, Diario de un Skin), la única chica confirmada («de momento») en un reparto que apuesta definitivamente por la materia prima andaluza.

Aunque todavía queda por cerrar el calendario de rodaje, todo parece indicar que barrios como el de Santiago, San Mateo y San Miguel tendrán el privilegio de contextualizar las peripecias recreadas por actores de primer nivel dentro del panorama de la interpretación andaluza y española.

El rodaje comenzará «si todo va como tiene que ir entre primavera y verano», y su duración estimada será de seis semanas. «Me da un poco de vértigo», reconoce Juan Miguel Castillo, «aunque es algo con lo que llevo soñando desde que cogí una cámara por primera vez, con nueve años». dperez@lavozdigital.es