PUERTA DEL SOL

Campanadas ambientadas en el bicentenario del levantamiento de 1808

Miles de personas aprovechan el ensayo general de las campanadas para celebrar con 24 horas de antelación la llegada del año nuevo

MADRID Actualizado: Guardar
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Las tradicionales campanadas de Fin de Año de la Puerta del Sol de Madrid llegan este año acompañadas de un gran espectáculo de luz, robótica y pirotecnia ambientado en el 2 de mayo de 1808 para dar la bienvenida a la celebración del Bicentenario de la Guerra de la Independencia. Muchos han aprovechado los ensayos para celebrar un día antes la llegada del nuevo año.

En la salida de 2007 y la llegada de 2008 la Puerta del Sol es un escenario improvisado que recrea el Madrid de 1808 con fuegos artificiales y proyecciones alegóricas de la época.

Con 24 horas de antelación, miles de personas abarrotaron anoche la zona en un ensayo de las tradicionales campanadas de Nochevieja que nada tuvo que envidiar a la noche de fin de año y en la que no faltaron las doce uvas, el cava y las serpentinas.

Poco antes de las 00:00 horas del día 31, grupos compuestos por personas de todas las edades y venidos de distintas partes de España y del mundo celebraron por adelantado el fin de 2007 y la llegada de 2008.

Cualquiera que no tuviese muy clara la fecha del calendario pensaría, seguramente, que este año ha tocado a su fin. No era para menos, porque los que se han congregado frente al reloj de la Puerta del Sol lo han hecho ataviados de toda la parafernalia que acompaña a la noche de fin de año.

Pelucas, serpentinas, matasuegras, petardos, panderetas y, por supuesto, uvas y cava para celebrar una Nochevieja adelantada.

El ensayo de las campanadas de fin de año se ha convertido ya en una tradición para muchas personas que prefieren acercarse hasta la Puerta del Sol un día antes, pasar la Nochevieja en familia y evitar también la aglomeración del 31 de diciembre.

La lección está bien aprendida: primero los cuartos, y después, por fin, las campanadas . En este caso, las que anunciaban el 31 de diciembre y no el 1 de enero, pero este detalle no parecía importar.

Sonaron las campanadas y muchos las contaban al tiempo que comían las uvas y, tras la última, aplausos, confeti, serpentinas, petardos y el cava tomaron el protagonismo. Incluso a alguno se le escapó un "¡Feliz 2008!".

Se trataba del primero de los dos ensayos generales que el equipo de mantenimiento del reloj de la Puerta del Sol hace antes de las campanadas de la Nochevieja, con bajada de bola incluida. La próxima ha sido a las doce del mediodía del último día del año.