Un informe de EEUU desvela que Irán paralizó en 2003 su programa de armas nucleares

WASHINGTON/MADRID Actualizado: Guardar
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Irán paralizó en el año 2003 su programa para desarrollar armas nucleares, según un informe de las agencias de inteligencia estadounidenses publicado hoy.

Esta conclusión, difundida en un informe de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional, supone una clara contradicción con las afirmaciones que realizó el Gobierno de EEUU hace dos años, cuando defendió que el régimen de Teherán estaba construyendo una bomba nuclear.

Hace solo unas semanas, en octubre pasado, el presidente de EEUU, George W. Bush, alertó a la comunidad internacional de la posibilidad de una tercera guerra mundial si Irán conseguía fabricar un arma nuclear.

El Consejero de Seguridad Nacional, Stephen Hadley, ha salido hoy al paso del informe, y lejos de reconocer las contradicciones, ha manifestado que este texto "confirma que estábamos en lo cierto cuando nos preocupábamos por las intenciones de Irán de desarrollar armas nucleares". El informe "nos dice que hemos logrado progresos en nuestro intento de evitar que eso ocurra. Pero el informe también nos dice que el riesgo de que Irán adquiera un arma nuclear sigue siendo un problema serio".

En cualquier caso, Hadley considera que el texto aporta una "esperanza de que el problema (iraní) pueda resolverse diplomáticamente, sin recurrir a la fuerza". Además revela que el "presidente (Bush) ha seguido la estrategia correcta, al intensificar la presión internacional y al incentivar la voluntad de negociar hacia una solución que sirva tanto a los intereses iraníes como a la comunidad internacional".

El informe difundido hoy, en el que han participado 16 agencias de inteligencia y espionaje estadounidenses, afirma que las intenciones de Irán de lograr una bomba nuclear "no son claras".

3.000 centrifugadoras de enriquecimiento de uranio

Hace unas semanas, el director del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Mohamed El Baradei, informó de que Irán estaba trabajando en la construcción de 3.000 centrifugadoras de enriquecimiento de uranio, capaces de producir material fisible que podría ser utilizado para crear armas nucleares.

No obstante, los investigadores del OIEA se reconocieron incapaces de determinar si el programa iraní pretendía generar electricidad, en lugar de crear armas.

El informe difundido hoy dice que aunque Teheran decidiera seguir adelante con sus programas nucleares, tardaría todavía dos años en contar con el suficiente uranio enriquecido para producir una bomba nuclear.

Aun así, sería "muy poco probable" que lo lograra en este tiempo, afirma el informe, que cree más probable que Irán pudiera tener una bomba para la primera mitad de la próxima década, pero no antes de 2013.

Solana pide "garantías objetivas"

Por su parte, el alto representante de Política Exterior y Seguridad Común de la Unión Europea, Javier Solana, ha pedido a Irán "garantías objetivas" respecto al uso que hace este país del uranio enriquecido, al tiempo que ha admitido que su última reunión con los negociadores iraníes "no fue extraordinariamente buena".

Según Solana, en el proceso de negociación abierto con Irán, "tenemos que ser capaces de encontrar una solución a la desconfianza objetiva con Irán " y esto pasa por una "respuesta objetivable".

Irán, ha explicado, pide una potencia de 30.000 megavatios, lo que equivale a unas quince centrales nucleares, pero "a día de hoy sólo tiene un contrato para una central", la de Bushehr, alcanzado con Rusia. Dicho contrato, estipula que el combustible tiene que ser suministrado por Moscú y que los deshechos tienen que ser enviados de regreso a Rusia, con lo cual, "todo el procedimiento de enriquecimiento de uranio no puede tener como objetivo una única central".

Además, la construcción de una central nuclear "no se hace en un día", por lo que "el procedimiento de enriquecimiento plantea intranquilidad y se necesita que se transforme en garantías objetivas". En este sentido, y pese a que ha reconocido que su reunión del viernes pasado en Londres con el negociador nuclear iraní, Said Yalili, "no fue extraordinariamente buena", Solana ha abogado por "seguir trabajando" con el fin de "vertebrar un mecanismo que nos permita garantías objetivas".