Cada atún pescado pesa entre 170 y 200 kilogramos, por lo que usan grúas para izarlos
Cada atún pescado pesa entre 170 y 200 kilogramos, por lo que usan grúas para izarlos - l. v
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Argelia y Libia reclaman sus cuotas de atún tras la recuperación de la especie

Las almadrabas de Barbate, Conil y Tarifa lidian en la comisión internacional de conservación con intereses de terceros

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Recuperar un derecho perdido siempre es difícil. A los almadraberos gaditanos le redujeron drásticamente la cuota de pesca o Tasa Admisible de Capturas (TAC) de atún rojo en 2006 y ahora mantienen una encarnizada lucha en el seno de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT).

Las primeras restricciones de pesca de atún rojo fueron aumentando hasta alcanzar el 40% en el ICCAT de 2009, sobre la pesquería fundamental para Barbate, Conil y Tarifa, nombradas por tamaño. Aunque la más afectada es la pequeña de Tarifa, a punto de desaparecer. En los dos últimos años han aguantado al límite de la quiebra económica con sólo 657 toneladas de atunes.

Han sobrevivido a pulmón, hasta ahora, esperanzados en la recuperación de la especie.

Acataron las normas y dicha recuperación ha sido mucho más rápida y eficaz de lo esperado, puesto que en sólo siete años se vuelven a contabilizar en el Atlántico tantos atunes como hace decenios.

Incluso los científicos de la ICCAT lanzaron un mensaje optimista hace menos de un mes, corroborando lo que los pescadores percibían debido al gran número de atunes que dejaron escapar en la última ‘levantá’.

Con estas buenas nuevas, una delegación gaditana, representada mediante la Organización de Productos Pesqueros de Almadraba (OPP), liderada por Diego Crespo, se enfrenta en Génova (Italia) a intereses contrapuestos de diversos países.

Los almadraberos gaditanos llevan bajo el brazo la propuesta razonada del incremento de la Tasa Admisible de Capturas (TAC) mundial de atún rojo en 10.500 toneladas. Teniendo en cuenta que en 2014 se ha permitido una cuota total de 13.400 toneladas, el aumento solicitado por Cádiz (que supone la mayoría del sector español) se cifra en casi un 80%.

La primera batalla será la de aumentar el porcentaje de captura y después se librará la del reparto entre países. Pero, antes de cuantificarse el incremento, ya hay algunos como Libia o Argelia que han reclamado que les devuelvan su pesquería, perdida por motivos la reducción del TAC y por conflictos bélicos ya casi resueltos.

Es decir, ahora hay más atún pero habrá más pescadores que el año pasado. De hecho, algo que ha indignado a la representante de la OPP, Marta Crespo, es que el documento europeo deje la puerta abierta a que se introduzcan nuevas flotas.

«¿Cómo pueden escatimar en la cuota de subida y meter más flotas? De esta forma, en el reparto cabremos a menos, los mismos que ya estamos en quiebra», sentencia Crespo.

De vueltas al objetivo del incremento del TAC mundial, el primer gran varapalo lo recibieron los gaditanos este jueves pasado, cuando conocieron en Italia que Europa arrancaba la negociación con la subida más timorata; sólo pedía un 20% de aumento de la cuota de atún.

Dicho porcentaje responde a la recomendación realizado por Francia y asumida por la UE como propia. Por su parte, el mayor consumidor, Japón solicita lo mismo que España pero en dos años.

En el escenario intermedio se sitúan las aspiraciones de las Administraciones españolas que por una vez iban todas de la mano y en el mismo sentido que los almadraberos. Tanto Junta de Andalucía como Gobierno Central han apoyado la recuperación progresiva de esta pesquería del Golfo de Cádiz.

«Pedimos una subida de forma progresiva, como ya se ha explicado, de tal forma que en unos años recuperáramos la pesquería perdida», apunta la directora gerente quien subraya la «desagradable sorpresa» que ha dado la Comisión Europea al pedir tan sólo el 20%.

Mientras el atún vive una buena época, el besugo va desapareciendo de estos mares. La situación crítica de esta especia, que ha sido denunciada por los propios pescadores de esta especie, todo apunta a que se debe a la rápida recuperación del atún rojo.

«Ya se sabe que el pez grande se come al pequeño y el besugo es parte de la alimentación del atún. Es normal que esté bajando el número de ejemplares porque sube el de su depredador. Sólo espero que estudien bien el porcentaje de cuota de pesca permitida del atún que subirán a partir de 2015 para asegurar la cadena trófica, y que no esperen a que el besugo desaparezca para reaccionar, como casi ocurre con el atún», explica Marta Crespo.

En quiebra

Cabe apuntar que debido a la escasa cuota de pesca permitida en Cádiz, de 657 toneladas, y a la desaparición de las almadrabas como observatorio científico, algo que alargaba un poco la actividad en las almadrabas gaditanas, el sector gaditano tuvo que comprar cuota a otras pesquerías como la murciana para sobrevivir.

Marta Crespo ha destacado que esa no es la solución, especialmente si se tienen en cuenta los elevados precios de la cuota. «Todos estos factores han influido en que algunas almadrabas estén actualmente en pérdidas, como la de Tarifa», apunta Crespo.

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