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Las obras del Museo del Vino estarán para noviembre

Los trabajos se centran ahora en el Jardín de Vides mientras Marín anuncia una posible subvención para financiar la musealización

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Fuera ventea en una calurosa mañana de octubre. En el interior, el frescor se mantiene casi imperecedero con una esencia de medio siglo. Por algo el futuro Museo del Vino y de la Sal de Chiclana presume de ser una bodega rehabilitada. Hoy sin contenido, pero ya con un continente casi listo espera para desvelar sus encantos a los chiclaneros. De momento, las nuevas obras que se ejecutan en su exterior van viento en popa, como reconoció ayer el alcalde Ernesto Marín. Tanto como para apuntar una fecha: «Esperamos que para finales de octubre estas nuevas obras estén recepcionadas», explicó el regidor. Eso le llevó a apuntar un dato más: «Nuestra intención es que este año el Belén viviente se realice aquí».

Ese sería, por tanto, la primera actividad que acogerá el futuro Museo del Vino y de la Sal, mientras llega el proyecto museográfico y las obras que le den ese uso. De momento, los nuevos trabajos (insertos en la primera fase) se centran en el exterior. Allí, los obreros de Gyocivil actúan en el enfoscado de la fachada trasera y la ejecución del que será el Jardín de Vides. Una actuación que ha sido posible gracias a la cesión de esos terrenos por las Bodegas Primitivo Collantes.

Para culminar los trabajos previstos, habrá siguiente fasesin fecha aún, en la que se intervendrá e toda la zona administrativa y de servicios del museo. En concreto, se culminará en este proceso el espacio destinados a oficinas, al salón de actos, el espacio destinado a un bar-restaurante, los almacenes y los aseos. «Esto se hará en una nueva fase, por así decirlo, que se financiará con los 150.000 euros que hemos ahorrado en la inicial, y que nos permitirá hacer más cosas con el mismo dinero presupuestado en principio», recalcó el regidor.

Aunque no quiso precisar más plazos o fechas, Marín sí mostró su confianza en que las obras en el Museo del Vino estén totalmente culminadas en el año próximo, lo que haría posible abrir el espacio ya como institución museística. El éxito de este plazo lo determinará, en gran medida, si el anuncio dado ayer por el regidor llega a materializarse. Así, Marín apuntó la posibilidad de conseguir una subvención que hará posible la última fase que dotará de interprtación museográfica al espacio. «Se están llevando a cabo negociaciones para conseguir la financiación necesaria para ejecutar esta segunda fase», apuntó sin llegar a precisar qué institución o programa financiará la actuación.

Sí puntualizó que el presupuesto para esta fase será inferior de lo planteado en un primer momento. «La cantidad será sensiblemente inferior a los 600.000 euros presupuestados en su día, una cifra que es una barbaridad, porque estamos hablando de 100 millones de las antiguas pesetas; nosotros lo haremos por la mitad, aproximadamente», recalcó en referencia al prespuesto que barajó en su día el anterior equipo de gobierno.

Lo cierto es que, mientras llega ese momento, el Ayuntamiento usará el espacio para distintos actos culturales, tales como el citado Belén. Lo hará después de invertir en el espacio 440.924 euros. El futuro Museo cuenta con una superficie útil de 941,66 metros cuadrados totales. De ellos, 567,09 estarán dedicados a sala de exposiciones, y otros 90,22 metros cuadrados, a una sala multidisciplinar. Además, están proyectados una sala de acceso de 81,23 metros cuadrados; un distribuidor, con 69,37 metros cuadrados; un taller de 39,89 metros cuadrados; así como un local de 78,73 metros cuadrados y una zona de aseos de 15,13 metros cuadrados de superficie. Entre las actuaciones desarrolladas en la primera fase, destaca el trabajo de restauración en las vigas originales del antiguo edificio, «fruto del interés municipal por preservar y poner en valor el patrimonio chiclanero y la identidad de esta antigua bodega».

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