La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, y Raúl Castro, el día de la inauguración del puerto de Mariel, el pasado 27 de enero. :: EFE
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Cuba y Europa ya se tratan de tú a tú

La UE supera los recelos e inicia contactos con La Habana para normalizar las relaciones con la isla, que valora la decisión como un «paso justo»

LA HABANA. Actualizado: Guardar
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Cuba y la Unión Europea ya han iniciado los primeros contactos para sentar las bases de un acuerdo político y de cooperación bilateral, que desde la isla se valora como «un paso justo», de «reconocimiento» hacia la nación comunista, que lleva las relaciones al nivel de «tú a tú». José Luis Rodríguez, exministro cubano de Economía y Planificación, considera que se debe acabar con las «restricciones que tenía la UE para tratar con Cuba» pese a que reconoce que «se han mantenido vínculos bilaterales fuertes con prácticamente casi todos los países».

Y sabe de lo que habla. España llevaba años a la cabeza de la lista de socios comerciales de Cuba; todavía es la primera con mayor cantidad de Asociaciones Económicas Internacionales (AEI) aunque en volumen se quedó atrás frente a competidores como Venezuela y China. Según los últimos datos estadísticos oficiales (2011), de los 4.061 millones de pesos (2.950 millones de euros) de intercambio comercial con Europa, España lidera el ránking con 1.185 millones de pesos (862 millones de euros), seguido de Países Bajos (530 millones de euros) e Italia (319).

Por áreas geográficas, América es con diferencia el continente con el que más negocia Cuba. De los 12.171 millones de pesos (8.859 millones de euros) que se mueven, 8.334 (6.066) son aportados por los intercambios con Venezuela. Le sigue de lejos Canadá con 1.198 (872) y Brasil con 725 (527). En Asia, es China la potencia que va en ascenso al alcanzar los 1.067 millones de pesos (776 millones de euros) en gestiones comerciales, seguido por Vietnam con 313 (227). El modelo económico de estas dos naciones es precisamente la guía seguida por el general Castro: apertura económica sin tocar el régimen político.

Brasil es, sin duda, un nuevo y poderoso aliado de Cuba. Asumió el 85% de los cerca de 1.000 millones de dólares (727 millones de euros) invertidos en el megapuerto de la Zona Especial de Desarrollo de Mariel (ZEDM), cuyo primer tramo -una terminal con capacidad para mover 822.000 contenedores al año- fue inaugurado el 28 de enero. El puerto acogerá los nuevos cargueros 'post-panamax' de más de 200.000 toneladas que podrán atravesar el Canal de Panamá una vez que concluyan las obras de ampliación previstas para 2015, que reducirán el coste del transporte desde Asia en un 50%. Es la gran baza cubana para atraer inversiones y generar empleo junto con el Turismo, que concentra el 40 % de los capitales extranjeros. Pese al bloqueo estadounidense, el puerto convertirá a Cuba en la llave del golfo al ofrecer ventajas competitivas respecto a otros puertos de la región.

El mes pasado la isla recibía también el espaldarazo de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y en marzo se celebrará una sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional que aprobará una nueva ley de inversión extranjera que flexibilizará la normativa actual para adecuarla a los nuevos aires de «actualización del modelo económico». O lo que es lo mismo, las reformas que aplica «sin prisa pero sin pausa» el general Castro.

Europa ha tenido en cuenta estos cambios progresivos -migración, privatización de algunos sectores como compra venta de viviendas y coches, autónomos-, junto al hecho de que no han funcionado las sanciones aplicadas desde 1996 cuando el entonces presidente José María Aznar forzó la 'Posición Común' que vinculó las relaciones económicas con los Derechos Humanos y que interrumpió el diálogo.

Según un experto consultado por este diario, «la posición que mantenía Bruselas era obsoleta porque Cuba ha sobrevivido, ha implementado cambios y porque además hay intereses de países como España y Alemania». A su juicio, «un acuerdo significaría que nos traten de tú a tú, un respeto mutuo. Un diálogo ya no sería una imposición, por eso cualquier acuerdo siempre sería un paso de avance. Hay que verlo con optimismo».

Por su parte Rodríguez, asesor del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial, consideró que la normalización de relaciones con la UE «indudablemente crea un entorno que no estaba presente hasta ahora», por lo que entiende que tendrá un impacto positivo para la economía cubana además de proporcionar oportunidades de negocio para diferentes países europeos.

Según el académico, se propicia un mejor ambiente inversionista para las dos partes pese a los «ajustes» en los presupuestos de la UE, que «han aumentado los aranceles a productos cubanos al salir del sistema de preferencias. Eso tendrá que repercutir en lo que se discuta en relación a cómo se establecen esos vínculos».

Otros analistas económicos ven ganancias para todos: «Cuba podrá desarrollar fábricas, puertos, biotecnología, infraestructuras pero el inversionista, además de tener su compensación, entrará en contacto directo con otros países con los que la isla tiene excelentes relaciones en el continente americano, como por ejemplo a través de la CELAC o Mercosur».