Toni Collette y Steve Carell, en una escena de la película 'El camino de vuelta'. :: CLAIRE FOLGER
Sociedad

«Poca gente habla de frente porque endulzamos lo que decimos»

El cómico muda de piel para convertirse en el novio desagradable de Toni Collette en 'El camino de vuelta' Steve Carell Actor

LOS ÁNGELES. Actualizado: Guardar
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En la vida real, Steve Carell se parece poco a sus personajes. Y menos todavía en 'El camino de vuelta', la película que se estrena mañana, donde da vida a un padrastro bastante desagradable y muy alejado de los papeles cómicos habituales de su carrera, tanto en el cine como en la televisión. Carell y su familia se van de vacaciones a un pueblo de Massachusetts donde el introvertido Duncan (Liam James), comienza a abrirse al mundo gracias a Owen (Sam Rockwell) y un peculiar director de un parque acuático. Completan el reparto de esta cinta, que navega entre el drama y el romanticismo Toni Collette y Zoe Levin.

-¿Qué le llevo a interpretar este papel tan distinto a sus interpretaciones habituales, más enfocadas hacia la comedia?

-En mi adolescencia tuve muchos entrenadores parecidos a este tipo que represento. Fueron brutales conmigo, pero por su honestidad. Me ayudaron a madurar y a formarme como individuo. Así es como me he enfrentado a este papel, tratando de ser increíblemente honesto conmigo mismo. Hoy en día poca gente habla con tanta verdad, tan de frente. Endulzamos demasiado lo que decimos. Pero los adultos también nos equivocamos y ese es precisamente el tema central del filme.

-¿Alguna vez pasó un verano en una localidad parecida a la que se representa en la película?

-Rodamos toda la película en la ciudad donde mi mujer y yo pasamos los veranos de nuestra juventud. Es un pequeño pueblo de Massachusetts donde todos nos conocíamos. Lo que más me gusta de la historia es su temporalidad, esas semanas de verano infinitas cuando la gente se dedica a disfrutar y pasarlo bien sin pensar en nada más.

-¿Cómo es ser dirigido por dos directores?

-Me encanta. Es la tercera vez que hago una película con dos directores. Ya me ocurrió en 'Little Miss Sunshine' y 'Crazy Stupid Love'. Y en las tres ocasiones he sentido que el rodaje es más eficiente que con un solo director.

-¿Cuál es su secreto para parecer tan normal en un mundo tan extraño como Hollywood, donde muchos actores pierden el norte?

-He trabajado durante veinte años ganando lo justo, sin llegar a fin de mes. Antes era lo suficientemente productivo como para pagar mis deudas. Ahora he conseguido bastante dinero como para pagar en el futuro la universidad de mis hijos. Si el éxito me hubiera llegado hace veinte años tal vez me habría convertido en un imbécil. He podido mantenerme como actor desde entonces y no he llamado a mis padres en todo este tiempo para pedirles dinero. Aunque en ocasiones, me enviaban paquetes de galletas (risas).

-¿Ha ganado más dinero y prestigio de lo que había soñado?

-Mi vida no se parece en nada a lo que había imaginado. Cuando nació mi hija Annie algo cambio dentro de mí. En estos momentos, mi familia es la prioridad principal y el trabajo ha pasado a un segundo plano. Debo confesar que no estoy desesperado por conseguir un papel determinado, que prefiero quedarme en casa. Sentir así me libera. Mi familia me ha convertido en mejor actor porque he dejado a un lado esa terrible presión de competir con uno mismo.

-¿Suele leer sus críticas?

-Trato de no leerlas porque lo único que sueles recordar es lo malo de ellas. Puedes recibir cien alabanzas sobre tu interpretación pero cuando alguien dice «sus cejas son muy pobladas», corres al espejo a mirarte y te dices «vaya, es verdad».

-¿Es un acto de inseguridad no leerlas?

-No. Como cualquier otra persona trato de esconder mi propia inseguridad. ¿Quién puede decir que está completamente seguro en lo que hace? Si encuentras a alguien que lo diga, ten por seguro que está mintiendo.

-¿Es difícil encontrar hoy en día una comedia inteligente sin chistes de mal gusto?

-Esa es una de las razones porque las que quise hacer esta película. Me gusta interpretar comedias inteligentes, auténticas. Y en 'El camino de vuelta' no hay nada prefabricado. Lo realmente cómico de la película es la relación que tienen los protagonistas. Te puedo asegurar que si nos tocara vivir una situación similar, haríamos lo mismo. La comedia la real es mucho más divertida que la inventada y a mí los chistes escatológicos no me gustan nada.