Sociedad

La reina del sur

De día regalaba juguetes a los niños. De noche captaba a parados como 'mulas' y dormía junto a su pistola. 'La Pesetas' dirigía una red de narcos desde Málaga y emulaba a Teresa Mendoza, la 'heroína' del libro de Pérez Reverte

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Los niños de Cuevas del Becerro jamás olvidarán la última cabalgata de Reyes. Sus padres, tampoco. El alcalde, el socialista Joaquín Esquina, aún menos. En este pueblo de 1.700 habitantes de la serranía de Ronda (Málaga), un coqueto enclave de muros encalados y floridas ventanas enrejadas, hacía tiempo que de los tractores de sus Majestades de Oriente salían poco más que chucherías y serpentinas. Los regalos que se repartían luego, a los pies de la blanca parroquia de San Antonio Abad, eran los que buenamente habían podido comprar los padres rascando del jornal mensual. Por eso, el pasado 5 de enero, al paso de Melchor, Gaspar y Baltasar, los más pequeños de Cuevas del Becerro abrían los ojos atónitos. De las manos de los Reyes surgían cocinitas, muñecas, balones de plástico y tractores de juguete. Un centenar de regalos a diez euros la pieza que se esfumaron en un periquete.

«Los ha comprado María, la de 'Los Pesetas'», era el comentario que se repetía entre los vecinos al paso de la cabalgata. Y María 'La Pesetas' sonreía desde el meollo del desfile. Vestida de paje real, con sus dos hijos mirándola embelesados y sabiéndose el orgullo del pueblo. Ella misma habló con el señor alcalde para decirle que ese año los niños disfrutarían de regalos gratis, que de eso se ocupaba ella, que lo dejara todo en manos de la empresa de su novio, conocida por sus donaciones benéficas entre las asociaciones de la comarca de Guadalteba. Joaquín Esquina no preguntó más.

María 'La Pesetas' no regresó aquel día hasta bien entrada la noche a su chalé en la exclusiva urbanización del Olivar, en Arriate, a 18 kilómetros del pueblo. Demasiadas manos que estrechar y besos que recibir. Ya en casa, se relajó. Puso música. Quizás de alguno de sus preferidos: Juan Luis Guerra, El Barrio, Rosana u Omega, un extinto grupo de reggaeton de Puerto Rico. Caminó hacia su habitación. Y, antes de cambiarse de ropa, repitió la ceremonia de cada noche. Abrió el cajón de la mesilla junto a la cama y comprobó que seguía allí. Su pistola. La misma que cada noche la permitía dormir segura. Una de las tres armas que guardaba en su morada: la morada de la 'reina del sur'.

Muchos de los juguetes de aquella noche de Reyes han acabado en el vertedero. Ilusión pagada con cocaína. Y María del Mar Mellado Blanco (Cuevas del Becerro, 1983) ha terminado en la cárcel. Igual que dos de los 'Reyes Magos': su compañero sentimental y Francisco Mellado, el hermano menor de María. A ella y a su novio les atrapó la Guardia Civil el 24 de enero en el aeropuerto de Barajas, cuando regresaban de Santo Domingo. 'La Pesetas' llevaba 3.500 euros en el bolso. A su lado, dos 'mulas' cargadas hasta las trancas de droga, coca envuelta en pañales y oculta en su propio cuerpo. María veía esfumarse su sueño de convertirse en la protagonista de su novela preferida: Teresa Mendoza, la traficante de 'La reina del sur', de Arturo Pérez Reverte. Como ella, como la mítica narco de Sinaloa, se había hecho la cirugía y pasado ya por prisión por sus primeros trapicheos con estupefacientes. Ambas vivían de la droga sin haberla consumido jamás. Y llevaba una vida aparentemente normal, con una empresa de comercio de ropa en Pruna (Sevilla) como inoperante tapadera, mientras en la sombra tejía un espeso entramado de narcotráfico entre Sudamérica y España.

Suites de 1.400 euros

Teresa Mendoza, el personaje de ficción, volaba en avioneta con su novio, el Güero Dávila, para transportar alijos sobre el Estrecho de Gibraltar. María Mellado y su prometido pescaban en los caladeros de la desesperación. Ofrecían un futuro de fortuna a las personas que más lo necesitan: su filón eran los cinco millones de parados del país. La 'reina' captaba a españoles sin oficio ni beneficio a los que ofrecía un negocio peligroso: viajar con ella a Sudamérica (Santo Domingo, Puerto Rico y Costa Rica, principalmente) y regresar en aviones comerciales con pequeñas bellotas de cocaína en el intestino.

El 'sueldo' por hacer de 'mulas' apenas llegaba a los 500 euros. La recompensa era más bien en especie. La cabecilla les ofrecía una semana a cuerpo de rey en hoteles de alto copete. Casi siempre en el paraíso turístico de Punta Cana. Paradisus Palma Real, Grand Flamenco Occidental, Gran Bahía Príncipe..., hoteles con suites de 1.900 dólares (1.400 euros) la noche, en los que las 'mulas' se hartaban de marisco y piñas coladas, se tostaban al sol del Caribe y, de paso, aprendían los ardides para introducirse la droga en el cuerpo y no ser descubiertos en los aeropuertos. Pero a la vista de los 21 arrestos con que se saldó la 'operación Vuelo', el placer debió superar a la obligación.

«Actuaba con un ego muy grande», explican fuentes de la investigación, desarrollada por la Guardia Civil de Cádiz. La 'reina de Ronda' -otro de sus apelativos- hasta se mostró «indignada, como si estuviera siendo víctima de un atropello» cuando la esposaron en el aeropuerto. Ni el hallazgo de 125 cápsulas de 'farlopa' en el cuerpo de sus dos acompañantes borró el rictus de orgullo de su rostro.

Recelosa

En Cuevas del Becerro aún no salen hoy del asombro. Ni del mutismo. «Perdóneme, pero yo soy una persona ya mayor y no quiero meterme en estos líos»; «lo siento, pero tengo mucho trabajo, no puedo atenderle»; «no sé nada, no sé nada...». Imposible arrancar mucho más de los cueveños. Tampoco del alcalde Joaquín Esquina. «Está reunido»; «luego le llama»; «le he dejado nota»... O tienen miedo o son demasiado prudentes.

El primer edil prefiere no hacer ningún comentario sobre María Mellado y su 'caritativa' aportación a la cabalgata de Reyes. Ni una respuesta para los muchos que en el pueblo critican que el alcalde aceptara tan alegremente la donación sin preguntarse de dónde salía el dinero.

Allí viven los padres de la paje transformada en reina de los narcos. Refugiados tras un muro de vergüenza y la 'comprensión' de sus vecinos. Separados desde hace algún tiempo, él, empleado de la construcción jubilado; ella, ama de casa. «Es una familia humilde que jamás ha estado metida en cosas raras. Los padres andan destrozados con todo esto», detalla Antonio, uno de los pocos lugareños que acepta contar algo.

Este último arresto no es su primer encontronazo con la Justicia. Hacía tiempo que María jugaba más allá de la ley. En 2008 ya la trincaron con 400 gramos de cocaína en Puerto Serrano (Cádiz). Eran los primeros pinitos de la 'reina del sur'. 'La Pesetas' se pasó dos años a la sombra.

La estancia en la cárcel no le ablandó el ánimo. Ni las ganas de convertirse en señora de la droga. Otra coincidencia con la protagonista de la novela de Pérez Reverte. Teresa Mendoza también estuvo en prisión. Pero al salir levantó su imperio del estupefaciente. Como María. Ya libre regresó a Cuevas del Becerro muy cambiada. Comenzaban sus coqueteos con el bisturí. Hizo sus labios más carnosos con silicona y afiló sus pómulos y su nariz. Las operaciones de cirugía estética también se convirtieron en un regalo con el que premiar a las integrantes femeninas de la red.

Después de dejar la cárcel, la 'reina' se volvió recelosa. Adoptó más medidas de seguridad en su villa de Arriate y en otro chalé que tenía en La Zagaleta, una exclusiva urbanización de Marbella en la que se codeaba con la 'jet set'. Llegó a instalar una caja fuerte en el armarito de un cuarto de baño. Dentro no solo guardaba las últimas dosis de cocaína llegadas del otro lado del charco. Allí ocultaba otra pistola. Su seguro de vida ante posibles emboscadas.

Y María puso su naciente imperio a trabajar a todo trapo. Solo en 2011 viajó ocho veces a Sudamérica. Especialmente en Santo Domingo tenía una floreciente red de contactos. Lo atestigua su página de Facebook. Entre sus amigos figuran ingenieros de telecomunicaciones, personal del Banco Central, de los hoteles en los que se alojaba..., pero también del mundo de la noche, como strippers o animadoras. La red de confianza de la nueva reina del sur: la 'reina de las mulas'.

En su perfil de la red social aparece Juan 'Popy', considerado su lugarteniente en la banda. O Inmaculada Casas, aparentemente la convencional trabajadora de una bodega de Ronda y madre de un precioso niño rubio de ojos azules. «¡Eres de poder 'atquisitibo' alto, bonita!», bromeaba hace algún tiempo Inmaculada con su 'jefa' a través de un mensaje en Facebook. El colchón protector de normalidad tras el que se protegía la 'reina'. Hasta que la Guardia Civil lo desenmascaró: para los investigadores, Inma es una de las encargadas de manejar los hilos de la droga en la trama tejida por María Mellado en Málaga, Cádiz y Sevilla, sus principales focos de tráfico.

Teresa Mendoza, la verdadera 'reina del sur', acabó colaborando con la Justicia. Convertida en testigo protegido, cansada de huir y de «escupir barro amargo que sabe a metal y a pólvora», como escribió el maestro Pérez Reverte. Libre en algún lugar del mundo con otra identidad y otro rostro. Ni siquiera en esto ha logrado 'La Pesetas' imitarla.