Dos hombres atracan a punta de pistola el único banco de Benaocaz

«Ya ni en los pueblos pequeños vamos a poder vivir tranquilo», repetían ayer en el bar Gachón, de Benaocaz, la segunda localidad más pequeña de la provincia, donde por la mañana dos individuos habían atracado a mano armada la única sucursal bancaria del pueblo, de la entidad Cajasol Banca Cívica, situada en la calle Fray Domingo de Benaocaz. Se da la circunstancia de que la única plaza de policía local del municipio lleva vacante desde hace pocos meses, y el Ayuntamiento se encuentra aún en proceso de ocuparla.

Los ladrones, que ocultaron sus rostros con cascos de motocicleta, entraron en la oficina bancaria a las 9.50 horas, y se llevaron unos 6.000 euros que había en la caja. En la sucursal estaba en ese momento un único trabajador, ya que la interventora se encontraba desayunando. También había una clienta, empleada en un comercio cercano, que había acudido a la sucursal en busca de cambio. Sorprendentemente, los ladrones la dejaron marchar antes de que llevaran a cabo el robo. Después, exigieron al empleado de la caja que les entregaran todo el dinero de la sucursal, a lo que éste no se opuso. En pocos minutos, los dos salían con el botín y emprendían su huida en un ciclomotor, que habían aparcado en la cercana calle San Blas, a escasos metros del banco. Según ha destacado al Guardia Civil, el arma utilizada podría ser una pistola simulada.

En la huida, los dos atracadores se dirigieron a un edificio abandonado junto a la zona recreativa del Cintillo, en las afueras de la localidad, y en su interior quemaron la motocicleta para borrar rastros y posibles pruebas. Al cierre de esta edición la Guardia Civil, que se ha encargado de la investigación todavía buscaba a los autores del robo.

Un edificio abandonado

Según los vecinos del pueblo, la motocicleta había sido vista días antes en ese mismo edificio, lo que hace pensar que los ladrones pudieron utilizar el inmueble abandonado para planear el robo. El incendio del ciclomotor se provocó dentro del edificio, probablemente con la intención de que las llamas y el humo no llamara la atención. La noticia corrió como la pólvora en esta pequeña localidad de apenas 725 habitantes. Algunos vecinos aseguraban ayer que uno de los ladrones llegó a pedir disculpas al trabajador del banco al salir de la sucursal con el botín. La mujer a la que dejaron salir fue quien dio la voz de alarma en el bar Gachón y algunos de los hombres que allí se encontraban intentaron detener a los atracadores cuando trataban de huir a pie hasta alcanzar la motocicleta.