Navantia aspira a construir las grandes plataformas para instalar los molinos en medio del mar. :: LA VOZ
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Los astilleros meten la cabeza en el negocio de las eólicas marinas

La alianza con Acciona persigue la construcción de las plataformas para los molinos y la infraestructura naval para su instalación

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Navantia ha metido de lleno su cabeza en el negocio de las eólicas marina. De momento, se ha posicionado en el sector de las energías renovables ante posibles contratos y ha buscado la alianza de Acciona para desarrollar la ingeniería. El cometido de la compañía naval en este asunto no es otro que fabricar la infraestructura necesaria para que los molinos de viento puedan emerger del mar. Por tanto, Acciona invierte y gestiona el parque eólico, mientras que Navantia construye las plataformas y los barcos-grúa que se utilizarán para las obras.

El astillero de Puerto Real será escenario el próximo jueves de la firma de un importante acuerdo de colaboración entre ambas empresas para sacar adelante de forma conjunta parques eólicos en mitad del mar. No es ciencia ficción. El desarrollo de los molinos de viento en tierra ha sido óptimo y la provincia de Cádiz fue pionera en su instalación. Toca ahora que el Gobierno de la Nación defina los criterios para trasladar este negocio al mar. De momento, ha elaborado el mapa de zonas sensibles donde se limitará esta infraestructura, pero no ha desarrollado el decreto que regulará tanto su instalación como su uso. Ante esta situación en España, las compañías ya están tomando posiciones en otras zonas del continente europeo donde esta energía va calando a pasos agigantados. Es el caso de Dinamarca, donde el parque de Horns Rev cuenta con 80 torres, de 110 metros de altura y es capaz de genera 160 megavatios.

El expresidente de Navantia Aurelio Martínez adelantó en Cádiz en octubre del pasado año las posibilidades de negocio que se abren a partir de ahora con la construcción de las plataformas 'offshore' para la energía eólica. Martínez hizo entonces un balance muy acertado de la situación por la que atraviesan los astilleros y las expectativas de futuro que se ciernen sobre ellos si no se diversifica su actividad.

El máximo responsable de la constructora naval fue claro al reconocer que la construcción de barcos militares resulta cada vez más limitada, debido, por un lado a los recortes de los gobiernos en Defensa y, por otro, a la competencia brutal de los astilleros asiáticos. Navantía ha desplegado acciones comerciales en 13 países para vender su oferta de barcos de guerra. De momento, no se pueden lanzar las campanas al vuelo, pero todo apunta a que habrá contratos a medio plazo con Australia, Malasia y Brasil, entre otros. Sin embargo, esta producción no garantiza la vida de los astilleros.

En materia civil ocurre lo mismo. Las reparaciones de los buques es otro de los caballos de batalla de Navantia. La Armada española ha cancelado su principal contrato de mejora de su flota y la compañía ha tenido que orientar el negocio hacia el mantenimiento y reparación de los cruceros.

Este fue el escenario que dibujó Martínez y ante esa situación adelantó que la única alternativa que le queda a la industria naval, en este caso a Navantia, es diversificar sus funciones y servicios. Fue entonces cuando desveló la gran apuesta de la compañía por la entrada en el negocio éolico marino. Martínez adelantó la existencia del plan nacional de éolicas para la construcción de 250 plataformas 'offshore' y que alguna de ellas se instalarían en el Golfo de Cádiz. Según el directivo, la vigencia de este contrato sería de quince años y la carga de trabajo estaría asegurada.

Martínez abandonó Navantia en febrero de 2011 para pilotar la salida a bolsa de una parte de Loterías del Estado. Su puesto como consejero delegado lo asumió Luis Cacho, que en su primera entrevista concedida a LA VOZ adelantó que el negocio eólico offshore es el que ofrece mejores garantías de futuro para Navantia.

Desarrollo inminente

El acuerdo al que se ha llegado con Acciona pone las bases de un posicionamiento de cara al inminente desarrollo de la energía eólica en el mar. Acciona, como ya ha hecho Iberdrola, Repsol y Fenosa, se ha lanzado a la eólica marina con la intención de invertir en el Mar del Norte.

Navantia no es ajena a este movimiento ni tampoco es nueva en la construcción de este tipo de plataformas. Tiene experiencia. El astillero de Fene, en Ferrol, ha realizado algunas estructuras de este tipo para plataformas petrolíferas.

El acuerdo entre Navantia y Acciona ha sido bien recibido por la clase política gaditana. La diputada socialista por Cádiz, Mamen Sánchez, destaca que la unión entre ambas compañías permitirá la formación y cualificación de los trabajadores de la industria naval en este campo. Se trataría de realizar un proyecto tecnológico o comercial 'offshore', que abarca especializaciones tan diversas como el desarrollo de cimentaciones fijas o flotantes destinadas a la instalación de aerogeneradores, subestaciones eléctricas, torres meteorológicas, buques y plataformas para la instalación de cimentación y aerogeneradores, así como, especialización para su mantenimiento y desmantelamiento. Navantia acaba de diversificar su área de negocio.