Parados de la construcción en una plaza de Espera. :: CRISTÓBAL
Ciudadanos

La 'Cenicienta de Cádiz' se rebela

Izquierda Unida y PA respaldan las demandas del sindicato, que exige medidas urgentes para paliar la crítica situación de la comarca Seis ayuntamientos apoyan la huelga general en la Sierra convocada para mañana por el SAT-SOC

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En 1986, cuando España entró en la flamante y optimista Comunidad de los Doce, un demoledor informe de Bruselas situó a la Sierra de Cádiz en el vagón de cola de Europa. Los principales indicadores de desarrollo (desde el número de teléfonos por habitante, hasta la tasa de absentismo escolar) hablaban de una comarca anclada en la agricultura de subsistencia, minada por el analfabetismo, sin dinero ni formación para poner en valor sus recursos endógenos y definitivamente incapaz de soltar el lastre de un modelo subsidario fraudulento y condescendiente con la falta de iniciativa.

La situación no es la misma, pero se le parece bastante. Los cultivos sociales alternativos (fresa, espárragos, cítricos) no han cuajado como los agricultores quisieran, el tejido cooperativo es débil, la industria no existe, el turismo rural sólo tiene cierto peso en algunas localidades y la mayoría de la población activa ha mantenido el tipo, en los últimos años, gracias al 'boom' del ladrillo y al colchón recurrente de las peonadas. Pero el filón de la Costa se acabó y la tasa de paro en la Sierra vuelve a poner los pelos de punta: 39%.

Ante ese panorama, el SAT-SOC, las siglas de referencia del movimiento jornalero en Andalucía, ha convocado para mañana una huelga general que pretende «llamar la atención sobre la inoperancia, la dejadez y la desidia de la administraciones, que no acaban de enterarse de que la situación en la Sierra no es crítica, sino trágica», en palabras de Pedro Fernández, uno de los seis alcaldes (los cuatro de IU en la zona, más Ubrique y Algar, del PA) que han respaldado públicamente la movilización.

Pedro Barrera, portavoz del sindicato, insiste en que «no se trata sólo de hacer ruido, sino de exigir medidas concretas y excepcionales para los que están sufriendo esta crisis más duramente que nadie». Por su parte, UGT y CC OO han advertido que ni participan, ni apoyan ni comparten una convocatoria que consideran «al servicio de intereses difusos y sectoriales, y que sólo busca obtener protagonismo político».

Espera, Ubrique y Grazalema, tres poblaciones que basan su renta en pilares distintos, puede servir de paradigma para entender qué está pasando en la Sierra.

ESPERA 46%

1.289 Demandantes de empleo

Radiografía típica de otros pueblos de la zona. La agricultura no se modernizó durante los años de bonanza. Los antiguos jornaleros se pasaron a la construcción. Ahora crece día a día el número de inscritos en el GEA, una base de datos para los que quieren participar en cualquier campaña agrícola de Andalucía. Pedro Fernández, el alcalde, dice que «el Ayuntamiento actúa como frontón de los desesperados», y que «la Sierra está harta de ser la 'Cenicienta' de Cádiz, España y Europa».

UBRIQUE 38%

4.487 Demandantes de empleo

La marroquinería perdió 60 empresas entre finales de 2008 y 2009. El 40% de las firmas inscritas en la Asociación Andaluza de la Piel se ha dado de baja. Ni la especialización del diseño ni las exportaciones han amortiguado el golpe. Su alcalde, Javier Cabezas, afirma que «ésta no es una huelga contra el PSOE, no es una cuestión política, es la llamada de socorro de una comarca que está sufriendo un retroceso espectacular en su ya de por sí precario desarrollo».

GRAZALEMA 26%

399 Demandantes de empleo

Es uno de los pocos pueblos, junto con El Bosque o Benaocaz, que en las dos últimas décadas ha sabido aprovechar su situación privilegiada para crear una estructura turística sostenible. Aunque ha descendido el número de usuarios, el sector se ha beneficiado de una consecuencia indirecta de la crisis: muchos turistas optan por los destinos nacionales y de interior, en vez de salir fuera. Los tres municipios tienen la tasa de paro más baja de la Sierra.