Desacuerdos de última hora retrasan el pacto entre Ganemos y Podemos

Se ganó Cádiz en común, pero las decisiones son cuestión de unos pocos. Eso parece desprenderse de la actitud de los miembros de la coalición, que este miércoles convocaron una nueva asamblea, a la que en adelante ya será difícil ponerle detrás el calificativo de abierta.

Esto no implica en sí nada negativo. De las reuniones del PP no se enteran ni la prensa ni los ciudadanos; cuando el PSOE celebra las suyas convocan a los medios para hacer fotos, pero nadie abre la boca hasta que se cierran las puertas. Es lo conocido hasta ahora, para bien o para mal.

Pero con los nuevos partidos hubo quien pensó que las cosas serían diferentes, que la información, la transparencia, la participación, iban a ser reales.

Ganemos es una de esas marcas nuevas que se han ganado la confianza de 5.487 gaditanos que le votaron y el respeto de otros miles que comparten su forma de hacer, de debatir, de abrir puertas.

El problema es que de esas miles de personas solo unas cuantas, ayer unas sesenta, participan de forma activa en su órgano de decisión, que es su asamblea. La mayoría no va porque no puede, porque prefiere confiar en las decisiones de aquellos concejales en los que han delegado su voto o simplemente porque no les llegan las convocatorias a través de las redes sociales, que es como fundamentalmente se difunden.

Ahí es donde entra la función social de la prensa. Una prensa que a veces se equivoca, que a veces presenta un enfoque de las informaciones con el que unos están de acuerdo y otro no, pero que siempre es el altavoz a través del que la ciudadanía se siente partícipe del sistema. Una prensa que seguro que hoy será criticada por contar lo que algunos preferirían que no se contara.

Pero en este caso las formas son tan importantes como el fondo de la cuestión, que es algo tan vital para la ciudad de Cádiz como saber si los dos concejales de Ganemos, Martín Vila y Eva Tubío, van a formar parte del Gobierno municipal de la mano de los ocho ediles de Por Cádiz sí se puede.

Lástima que, no todos los presentes en la asamblea, sino una pequeña representación de los mismos, decidiera que lo mejor era pedir a los periodistas que se marcharan del salón de actos del Columela. La razón, sencilla y escueta: «Los miembros de la asamblea no se van a sentir cómodos a la hora de hablar si estáis aquí».

De lo que se iba a informar era de cómo habían transcurrido las negociaciones entre las comisiones de trabajo de los dos partidos para conformar un gobierno de coalición, con cuestiones tan importantes como la necesidad de establecer un programa conjunto, de diseñar un plan de seguimiento del mismo o, aunque insistan en que es lo último de lo que querían hablar, decidir que concejalías asume cada cual. Estas negociaciones, por cierto, también se han celebrado a puerta cerrada y apenas ha trascendido información.

No debe haber ido todo tan fluido como se ha sostenido en los últimos días cuando solo unos pocos van a poder enterarse de lo que realmente se ha tratado en dichas negociaciones. Parece que Por Cádiz sí se puede, en su papel de partido que ostenta el bastón de mando de la ciudad (gracias a los apoyos de PSOE y Ganar Cádiz en Común) se resiste a poner en manos de los ediles de Ganemos concejalías de peso. Al menos eso es lo que cuentan fuentes no oficiales, porque las que pueden transmitir la información real no quieren hacerlo.

Al final, un portavoz de la formación se puso en contacto con este medio para informar de que aún no está cerrado el acuerdo. Se han negociado varios aspectos y hay acuerdo en el 90% del total, pero ese 10% sobre el que hay diferencias se volverá a poner sobre la mesa este jueves en una reunión con el alcalde. El viernes habrá otra asamblea de Ganemos y entonces se tomará la decisión definitiva.

Se presenta a partir de ahora un futuro incierto, una vez que en el presente pocas cosas son como parecían. La realidad es tozuda y los partidos irán virando al camino de lo práctico, y si no, de lo conveniente. Nada es nuevo, la historia se repite.

Los griegos inventaron la democracia. Se reunían en asamblea, en una plaza pública, para debatir y zanjar los temas de interés común. Pero ya entonces solo podían asistir a las reuniones los hombres libres; ni las mujeres, ni los esclavos, ni los extranjeros. Ningún sistema es perfecto, lo importante es que no se traicionen los principios en base a los que se alcanza el poder.