Cargado de compromiso en su estreno en Cádiz

Como se suele decir, Dani tuvo en Melilla un debut agridulce. Pero en esta ocasión, nunca puede estar mejor dicho porque encajó un gol inalcanzable para él pero a cambio detuvo una pena máxima que le permite al Cádiz contar con el goal average a su favor frente al conjunto norteafricano. Aún ayer por la mañana en Melilla su móvil seguía recibiendo llamadas y mensajes felicitándolo por su estreno como arquero del primer equipo de la ciudad que le vio nacer. De todos ellos, el que más gracia le hizo fue uno de su primo que le bromeaba diciendo «Vamooooos¿». «Sólo mi gente sabe lo que me ha costado llegar», dice ilusionado.

Su entrada en el campo no fue nada fácil. El canterano recibió la orden directa de Javi Gracia justo en el momento en que Casilla vio la roja y fue en ese momento cuando su cuerpo experimentó una sensación que para él se queda. «Cuando el míster me dijo 'vamos' me entró un tipo de calor por el cuerpo. Tenía que pensar en la forma más rápida para entrar en el partido y recordé todo el trabajo que me había costado llegar a este ese momento». Cuenta también que el partido no estaba fácil porque «íbamos perdiendo y teníamos la defensa adelantada. Juanma me dijo que estuviera atento a salir en los balones largos». Y eso hizo. Y bien.

Dani Miguélez tendrá un debut soñado en Carranza. Lo hará ni más ni menos que un Sábado de Carnaval. «La verdad es que no hay mejor día para debutar ante los tuyos», admite.

Afronta su primer partido en Carranza sin nervios de ningún tipo pero cargado de un gran compromiso. Y es que para Dani, lo que más le importa este sábado es dejar a la afición satisfecha y no despertarle dudas. «Lo que más temo (más que a su debut o al rival) es dejar buen sabor de boca en la afición y en la gente que tiene confianza en mí».

Reivindicativo

Como portavoz de la cantera, el meta se ve con derecho para dar su opinión del trato que reciben los de su especie. «Veo como se habla mucho de la cantera pero los canteranos apenas tenemos oportunidades». Y no se tiene que ir muy lejos para buscar un ejemplo pues él mismo lo ha experimentado en su propia piel. «Llevo tres años en el primer equipo y nunca he tenido una oportunidad ni en Liga ni en Copa», denuncia.

Aunque asume que «es cierto que los que salimos del filial venimos de Tercera y no hemos hecho nada», no es menos cierto que «siempre se mira más hacia fuera que a los que están casa».

Precisamente, este año le ha tocado competir por la titularidad con Kiko Casilla, otro canterano pero en este caso llegado desde el club barcelonés del Espanyol. Pese a ser rivales, Dani y Kiko Casilla -no tienen más remedio- son uña y carne. «Me llevo muy bien con él», asegura el gaditano que vive a la sombra del arquero perico.

Además, Dani sigue una filosofía por la que le es imposible llevarse mal con un compañero. Y más aún si se trata de alguien con quien entrena mano a mano junto al preparador de porteros Iñigo Arteaga. «Con Iñigo y con Kiko paso más tiempo que con mis pa-dres o hermanos. Llevarte mal con alguien con el que trabajas diariamente sólo puede amargarte», dice convencido.

Pese a que sea un bonito partido para él sabe que no será de color de rosas. Y más con una afición que pita a las primeras de cambio y que, para colmo, acaba de ver caer al equipo en Melilla. «Sé que la afición se pone algo nerviosa si el equipo no juega bien pero confío en que todo salga bien».