EL RAYO VERDE

La imposible oposición en el Ayuntamiento de Cádiz

La calidad de la democracia tiene la prueba del algodón en lo pequeño. A la escala de lo doméstico, de lo local, se advierte mejor el funcionamiento de las instituciones, como en el primer plano se notan más las arrugas. La salud de la vida política consiste en que corra el aire por las ventanas abiertas, se respete la diferencia, tengan su sitio los que no son «los míos». Creo que era Felipe González quien hablaba de la importancia de saber ganar, de no aplastar con la victoria a los demás. A los auténticos demócratas se les reconoce por el uso que hacen de la mayoría, por su comportamiento a partir del triunfo.

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Todo ello es aplicable a la situación de la oposición en el Ayuntamiento de Cádiz, que, legislatura tras legislatura, no ha conseguido más que cosechar fracasos, no ya en resultados, que es evidente, sino siquiera en controlar al poder, fiscalizar sus actuaciones, criticarlas. El asunto es crucial: todo el mundo necesita competencia, alguien en quien reflejarse para mejorar, pero también para saber que no todo el monte es orégano, que no pueden campar por sus respetos, como si aquí aún no hubiera ocurrido el 20-N. ¿Por qué en el Ayuntamiento de Cádiz apenas ha habido en estas cuatro legislaturas de dominio del PP un serio frente de oposición por parte, sobre todo, del PSOE? Las razones históricas son múltiples, desde la falta de cohesión del grupo municipal o del partido socialista en la ciudad, la ausencia de liderazgos, etc., pero ahora, a fecha de hoy, la situación tiene unos rasgos propios y preocupantes. Resulta que, en buena medida, la oposición en el Ayuntamiento de Cádiz no puede hacer su trabajo porque la Corporación no le da la información que solicita. Un método expeditivo. Resulta alucinante, pero es así. Por ejemplo, en agosto del año pasado el grupo de concejales socialistas se interesa por la situación de la limpieza en Cádiz y pide los partes realizados por los inspectores de la Concejalía de Medio Ambiente a Sufi-Cointer y las sanciones impuestas a la empresa por incumplimiento del contrato. A fecha de hoy no han recibido los datos, pese a haber reiterado en cuatro ocasiones la petición y recibido otras tantas veces como respuesta oficial que «se han dado instrucciones a la delegación competente». Esta, a lo que se ve, no hace ni caso a los requerimientos de la Alcaldía.

El Ayuntamiento tampoco ha contestado a reiteradas peticiones de expedientes sobre la instalación de banderolas en fachadas históricas (la primera solicitud es de abril pasado), sobre el Plan de Tráfico de Canalejas (se ha reclamado tres veces y sólo tienen conocimiento por los medios de comunicación), sobre el restaurante de Santa María del Mar, ni sobre el de la Caleta, ni sobre el de Varela; el plan de seguridad del Castillo de San Sebastián ante los conciertos de verano, reclamado en julio, acaba de ser remitido al concejal solicitante, en noviembre. El «momento político» ya ha pasado de largo. Otro ejemplo: Pidieron visionar la emisión de Onda Cádiz en la jornada de reflexión de las últimas municipales, el 26 de mayo de 2007, porque ese día se emitieron vídeos de Teófila Martínez. Lo consiguieron el pasado abril, once meses después. Si hubo delito electoral, ¿ahora qué?

Es probable que alguien se frote las manos y se crea muy listo porque deja frustrado al rival.Yo creo que perdemos todos y pierde, sobre todo, la ciudad y la democracia. Con el Ayuntamiento de Cádiz, así desde luego que no.

lgonzalez@lavozdigital.es