PAN Y CIRCO

Obviedades

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El partido frente al Granada y la manera como se logró el empate a tres goles constituyen unas oportunas llamadas de atención para que hagamos algunas consideraciones que, aunque en teoría son obvias, en la práctica las olvidamos con excesiva frecuencia. En primer lugar nos recuerda que, a lo largo de toda esta temporada, el equipo tendrá que superar múltiples e imprevisibles dificultades para lograr su irrenunciable objetivo del ascenso. Por mucho que los técnicos estudien la alineación y el juego del conjunto contrario, en cada encuentro surgirán problemas nuevos que él y los jugadores que salten al césped tendrán que resolver sobre la marcha. El número de soluciones alternativas previstas en los entrenamientos siempre será inferior al de la cantidad de las dificultades que surjan en los partidos. En segundo lugar que, conforme avanza la temporada, los técnicos y los jugadores adversarios conocen mejor las virtudes y los defectos del conjunto amarillo y, en consecuencia, es necesario que se cambien las estrategias y las tácticas para sorprender y para ser eficaces. En tercer lugar -y, quizás lo más claro- que los titulares, aunque no son insustituibles, están en mejor momento que los que se sientan en el banquillo o se quedan en la grada. Los hechos han puesto de manifiesto que el equipo se resiente con las ausencias de Raúl López, de la Cuesta, Cristian, Fleurquin y Juanma. En cuarto lugar que, de la misma manera que en la Segunda División repetíamos aquellos de que «para estar arriba es necesario empalmar tres victorias consecutivas», en la actualidad, es suficiente con que se pierdan tres partidos seguidos para alejarnos de los puestos de ascenso. Lo bueno es que los partidos que ya ha disputado el equipo amarillo, tanto Javi Gracia como los jugadores nos han demostrado que están convencidos de estas evidencias y que evitarán la ingenua tentación de confiarse creyendo que el camino ya se ha puesto cuesta abajo.