SENCILLO. Manolo García trae su veteranía y su destreza sobre el escenario esta noche a Bahía Sur. / L. V.
MANOLO GARCÍA MÚSICO

«Con el paso de los años, me crispo más ante las injusticias y la ambigüedad social»

Tras su paso por Rock In Rio, el ex vocalista de El último de la Fila recala con su gira de de verano hoy en San Fernando para presentar su cuarto álbum 'Saldremos a la lluvia'

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Manolo García llega a San Fernando, eso sí, ni a pie ni caminando, sino acompañado por el flamante despliegue artístico y técnico de su nueva gira. Tras publicar nuevo trabajo en mayo, el que fuera mitad de El último de la fila recala en La Isla para hacer aquello que más le gusta: subirse a un escenario y sentir el clamor del público, un momento lleno de «excitación y adrenalina».

-'Saldremos a la lluvia' se grabó en Creta. ¿Fue una decisión musical?

-Fue una decisión viajera. Quería buscar sonidos nuevos, gente nueva, moverme de forma distinta en los estudios de grabación. Grabar en Londres o en Madrid es meterse en un búnker sin ventanas, donde estás días sin ver la luz del sol. En Creta ha sido todo lo contrario.

-¿Dónde estuvo?

-Era un pequeño puerto de pescadores, con un bar, dos tiendas, un huerto, muchos gatos y gallinas y un par de señores que cuidaban varios rebaños de cabras y ovejas con las que hacían un queso que luego tomábamos en el bar.

-¿Habrá aprendido algo de griego, más allá del cronia kai cronia?

-Es muy difícil. He estado más de 20 días y no he pasado del por favor, gracias... No obstante, la sonoridad del griego es parecida a la del castellano y muchas palabras que damos por castellanas son griegas.

-Este disco pone énfasis en la ecología y el medio ambiente, ¿podría considerársele el Al Gore español?

-Para nada, tengo muy claro mi papel. Sólo soy un músico que hace canciones y poder, en algunas, expresar ideas concretas es una cosa y otra es que tenga pretensiones de abanderar movimientos y ser punta de lanza de cualquier idea de este tipo. Lo que quiero es hacer canciones. Para abanderar y concienciar están los grupos ecologistas que hacen una gran labor.

-Lleva 30 años en la música. ¿Qué recuerdos guarda de la etapa anterior a El último de la fila?

-Con este disco cierro un círculo que empezó en el primero en el que participé como compositor, el de Los Rápidos de 1981. Guardo un buen recuerdo de este álbum, que se grabó muy deprisa. Saldremos a la lluvia tiene algo de esa inmediatez en las ideas y de esa vehemencia en cuanto a la rebeldía social. Con los años, en lugar de adormecerme, me crispo más ante las injusticias o la ambigüedad social, donde se lleva el garrotazo el más débil.

-En los inicios de El último de la fila, Quimi Portet y usted ganaron un concurso de maquetas que incluía un contrato con Virgin que rechazaron. ¿Nadie les dijo que se habían vuelto locos?

-(Risas).Teníamos esa inconsciencia juvenil, más aplomo y queríamos algo más, no una maqueta, un disco. Y así fue, poco después grabamos el primer álbum.

-En aquellos años compartieron escenario con Bruce Springsteen, Tracy Chapman, Sting o Tina Turner. ¿Se puede llegar más alto?

-Todo es relativo, las metas son móviles, con los años se simplifican. Para mí ahora es trabajar en la música de forma digna y no de manera alocada, ni con urgencias estrambóticas. Hacer discos y tocar en directo.

-En los conciertos siempre baja a tomar contacto con su público. ¿Nunca pegaría a un fan como Amy Winehouse?

-¿Le pegó? Algo le pasaría. Cuando subo a un escenario no tengo pretensiones combativas. Só-lo encuentro el cariño de la gente. Alguna vez me he llevado un arañazo de una chica, pero es un gesto afectuoso.

-Siempre ha incluido en sus discos referencias a Cádiz.

-El sur tiene esa languidez y bonanza que el norte no tiene. Hay más sol y no se vive al hilo del reloj.

-¿Es cierto que es un gran amante del Carnaval y que alguna vez se ha disfrazado para no ser reconocido?

-Siempre había querido ir y no lo conseguí hasta hace dos años que vine con uno de mis músicos que es de La Línea. Comprobé que todo lo bueno que se dice del Carnaval es cierto. Fue muy divertido.

-¿Es verdad que nunca el tiempo es perdido? ¿Está orgulloso de todas sus experiencias en la música?

-Todos hemos hecho alguna vez el ridículo, hemos metido la pata... Pero ahí está la gracia de la vida. Con dignidad todo se saca adelante, alejándose de la arrogancia.

-Es pintor amateur. Además, sus primeros pinitos artísticos fueron en este campo, ¿no es así?

-Sí, además tengo estudios, no como en la música donde soy artista por intuición. Es una afición que me relaja y da sentido a mis mo-mentos grises y de inconsistencia emocional. Un cuadro es un territorio libre, me hace pasar un rato agradable. Eso sí, pasar a los libros, quedar en la memoria de la gente, sólo lo consiguen cuatro.

-¿Para cuando una exposición en Cádiz en vez de un concierto?

-Ahora tengo una muestra abierta en Segovia, pero si alguna entidad me llama de Cádiz estaría encantado.

alenador@lavozdigital.es