Opinion

Embajador jerezano

Es alemán, con un claro acento teutón y rematado deje andaluz. Su nombre de pila es Bernd Schuster, pero también responde al nombre de Bernardo y se ha convertido en uno de los grandes embajadores de Jerez en los últimos años. Su relación con este rincón de Andalucía fue corta pero intensa, y sin duda alguna, le ha marcado para el resto de su existencia. Por eso, Schuster, sin quererlo, está colgando el nombre de esta ciudad por toda España.

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A comienzos de Feria, un año más, el alemán se paseó por el Real para disfrutar de una fiesta que le encanta, para tratar de gozar como un feriante más por mucho que su evidente popularidad se lo pusiera complicado. Pero Jerez le pone la alfombra roja, y debe continuar haciéndolo siempre pues el favor que Bernd le hace a la Feria, a Jerez y a los jerezanos no se puede pagar en euros.

El martes en la portada de los compañeros del diario deportivo Marca, el periódico más leído de este país con mucha diferencia respecto a sus inmediatos perseguidores, aparecía el alemán rodeado de jovencitas con sus trajes de gitanas sobre un titular en el que aparecía bien grande «Schuster se lo pasa en grande en la Feria de Jerez». Como dice el bueno de Jorge, eso vale más que cien viajes de Pilar Sánchez a China.

Y no ha sido la primera vez. Ahora toca celebrar el inminente triunfo en la Liga del Real Madrid en la Feria de Jerez, pero ya también en su día festejó su fichaje por el conjunto blanco en tierras jerezanas posando con una tarta en la que aparecía el escudo del Madrid junto al del Xerez. En aquella ocasión disfrutaba junto a sus amigos de la peña Xerecista Schuster, a los que algo también habría que agradecerles en todo esto.

sgalvan@lavozdigital.es