Los informadores toman fotografías del Palacio de Gobierno de Guerrero en llamas. :: REUTERS
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Estalla la ira de los estudiantes mexicanos

El estado de Guerrero suspende las actividades tras el asalto al Palacio de Gobierno en protesta por la desaparición de 43 estudiantes

LA HABANA. Actualizado: Guardar
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Guerrero ardió. La paciencia de los compañeros y familiares de los 43 estudiantes desaparecidos en ese estado mexicano estalló el lunes y llegó hasta el Palacio de Gobierno de la capital, Chilpancingo, que ayer se recuperaba del asalto sufrido por parte de alumnos de la escuela Normal Rural de Ayotzinapa.

Fueron seis horas de tensión mientras los jóvenes retenían en las instalaciones a trabajadores y ciudadanos, y maestros disidentes intentaban hacer lo mismo en la sede del Congreso, pero sin éxito. El incendio que provocaron en uno de los siete edificios de la sede gubernamental, el ayuntamiento de Chilpancingo y varios coches, no provocó heridos, pero las llamas amenazan con quemar un país donde el número de desaparecidos por distintas violencias asciende hasta 20.000, según activistas de Derechos Humanos.

Y la tensión aumenta en el estado más violento de México, en cuya capital, Chilpancingo, ayer fueron suspendidas las clases y las actividades en todas las oficinas gubernamentales en previsión de que la violencia aumente.

Alumnos de la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad Autónoma Metropolitana, convocaron una huelga de 48 horas al tiempo que estudiantes de Michoacán y Oaxaca, que la víspera tomaron una treintena de autobuses, llegaban para apoyar la búsqueda de los aprendices de magisterio. Las autoridades reforzaron sus efectivos en previsión de nuevas manifestaciones.

La desesperación va en aumento. A la falta de información después de 18 días se suman las contradicciones confirmando y desmintiendo la identidad de los restos. Pero otro incidente entre policías y estudiantes extranjeros colmó el vaso. A los estudiantes se sumaron unos 500 maestros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación del Estado de Guerrero que quemaron pancartas a la puerta del Congreso y se enfrentaron con policías.