Douglas Carswell, antes diputado conservador y ahora de UKIP en la misma circunscripción. :: REUTERS
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El descontento da a UKIP su primer escaño en Westminster

El triunfo lleva la euforia al partido euroescéptico, que en las elecciones generales de Reino Unido en mayo topará con el sistema mayoritario

LONDRES. Actualizado: Guardar
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El Partido por la Independencia de Reino Unido (UKIP) obtuvo ayer su primer escaño en el Parlamento de Londres con la elección de Douglas Carswell por los votantes de la circunscripción de Clacton, una comarca costera en el este de Inglaterra. El resultado confirma el auge de una formación que propone una amalgama de políticas que incluye el abandono de la Unión Europea y reducir la inmigración.

Cada diputado en Westminster representa una sola circunscripción, de 67.447 habitantes en el caso de Clacton. Cuando un electo fallece o dimite, se celebra una nueva elección para que la población mantenga su representación en el Parlamento. En este caso se produjo porque Carswell, que era ya diputado como miembro del Partido Conservador, dimitió tras anunciar su paso a UKIP.

Fue reelegido ayer con un porcentaje de votos mayor que en las elecciones generales de 2010, aunque la participación fue menor, y servirá como diputado hasta la disolución de este Parlamento y la celebración de elecciones en todo Reino Unido, en mayo de 2015. UKIP aspira a ganar en noviembre otro escaño, en Rochester, donde otro conservador ha buscado la reelección tras unirse al partido rival.

UKIP, fundado en 1993 por conservadores euroescépticos durante el mandato de John Major, se convirtió en las elecciones europeas del pasado mayo en el primer partido en más de un siglo que gana a conservadores y laboristas en unos comicios británicos. Su líder, Nigel Farage, ha forjado su popularidad y la del partido desde su escaño en el Parlamento europeo.

El laborismo también sufre

En la circunscripción de Heywood y Middleton, con 79.636 habitantes, en el noroeste del país, UKIP no dio por 618 votos una sorpresa mayor. Su candidato quedó segundo tras Liz McInnes, laborista. En esta comarca tradicionalmente laborista se celebró la elección por el fallecimiento del anterior diputado. La participación fue del 36% y el voto de UKIP aumentó también un 36% con respecto a 2010.

Nigel Farage afirmó después de la victoria en Clacton que «es demasiado tarde» para que los principales partidos políticos puedan reaccionar y les dirigió uno de sus típicos mensajes: «¡Habéis perdido el contacto con la realidad, tíos!». El líder cree que el rápido crecimiento de su partido en los últimos meses podría desembocar en que los diputados de UKIP serán necesarios para formar el próximo Gobierno.

Los laboristas, incluyendo a su líder, Ed Miliband, se quejaron de que los medios de comunicación hablen de su apurada victoria en Heywood y Middleton, donde su porcentaje de voto creció un punto, pero, aunque los sondeos les den una ligera ventaja sobre los conservadores, descartaron la complacencia y reconocieron que han de tratar cuestiones como la inmigración, que preocupa a sus votantes.

El Partido Conservador daba por descontada la victoria de Carswell en Clacton y cree que puede ganar el escaño en Rochester. Su presidente, Grant Shapps, reiteró la línea argumental que marcará su campaña hasta mayo: «El resultado demuestra una verdad simple. UKIP coge votos de todos los partidos pero cuesta escaños a los conservadores. Eso pone a Ed Miliband más cerca de Downing Street».

Las elecciones europeas que dieron 24 de los 73 eurodiputados británicos a UKIP se rigen por el sistema proporcional, pero en las generales británicas los escaños se asignan por el mayoritario. Una circunscripción elige un solo diputado y los votos que han sido depositados para los candidatos perdedores no cuentan para nada. Tiene la mayoría parlamentaria quien gana más circunscripciones singulares.

Los optimistas sobre UKIP dicen que obtendrá entre 10 y 20 escaños. Los cautos, entre 1 y 10. Otros creen que Carswell repetirá su victoria en Clacton y nada más. El problema para los otros partidos, especialmente para el conservador, es que si el voto a UKIP se mantiene como expresión del amplio descontento con el sistema político, muchas circunscripciones verán batallas inéditas entre tres o cuatro partidos, con resultado impredecible.