Kroos, durante la final de la Supercopa de Europa. / Afp

Kroos, el mariscal blanco

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Llegó ayer al Real Madrid y parece que ha estado siempre en el equipo. Toni Kroos se presentaba el martes en sociedad con la camiseta blanca sin pruebas previas. Ni un minuto en amistosos para poder conocer sobre el terreno a sus compañeros ni para recuperar las sensaciones que sólo la competición ofrece. De la final del Mundial de Brasil directo a otra final, la Supercopa de Europa. Y, sin embargo, el alemán se estrenó en el Cardiff City Stadium con la tranquilidad de un veterano, sin miedo alguno al debut con el campeón de la 'Champions', para tomar las riendas del equipo y demostrar en 90 minutos que el centro del campo madridista ya es suyo.

En la capital galesa ocupó el puesto del sancionado Xabi Alonso y se convirtió en el dueño y señor del encuentro, en el nuevo guía merengue. Sus 182 centímetros se han transformado ya en el imprescindible faro destinado a iluminar, con su fantástica visión de juego, cualquier operación capitalina.

Si sorprendente parecía que el Bayern de Múnich dejara marchar al jugador más completo, según la FIFA, de la Copa del Mundo por apenas 25 millones de euros camino de uno de sus grandes rivales en el Viejo Continente, la actuación del centrocampista ante el Sevilla aún despertó más la admiración por la operación cerrada por Florentino Pérez. A Kroos le bastó con hora y media para dar la razón a aquellos que aseguraron que el club de Chamartín se había hecho con un líder para el Madrid del futuro capaz de marcar una época.

El alemán mostró una capacidad innata para ocupar siempre el espacio adecuado, optimizar los esfuerzos como un veterano y no realizar una carrera extra. Aunque tampoco escatimó en sacrificio y trabajo para beneficio del colectivo -recorrió 11,7 kilómetros y recuperó nueve balones durante el duelo-. Así, nadie notó síntoma alguno de fatiga en un hombre que no había disputado ni un minuto desde el partido de Maracaná del 13 de julio. Pese a su juventud, 24 años, el nuevo mariscal blanco tiró de la experiencia acumulada en los más de 200 partidos disputados con el Bayern y el medio centenar de presencias con la 'Mannschaft' para desplegar la jerarquía de un soldado curtido en batallas importantes, casi todas ellas ganadas.

Vuelve la pausa

Kroos consigue hacer con naturalidad lo más difícil, que no es otra cosa que jugar fácil y que parezca sencillo. Aporta sentido común, tranquilidad en la elaboración del juego y una pausa que parecía perdida entre las frenéticas transiciones ofensivas merengues. Varía los pases cortos con maravillosos desplazamientos largos cuando la ocasión lo requiere. Siempre con la precisión de un cirujano -ante el Sevilla sólo falló en ocho de los 90 centros que intentó (92% de efectividad)-. Es el nuevo jefe y no ha desaprovechado la ocasión para lucir galones de mando en su manga.

De este modo, Carlo Ancelotti cuenta este año con un arma más para acogotar al rival y convierte en más letal si cabe el contraataque de su equipo, ya que el alemán le permite cambiar el ritmo y pasar de la horizontalidad a la verticalidad en lo que dura un suspiro.

El movimiento del balón que genera el campeón del mundo obligará al rival a realizar más desplazamientos defensivos y facilitará también las cosas a sus compañeros a la hora de superar la presión y de crear espacios por los que las balas blancas puedan atravesar las líneas enemigas con grandes posibilidades de resultar mortíferas. Cristiano Ronaldo, Bale y Benzema han descubierto a un nuevo aliado.