Factoria de Pescanova en Chapela, en Vigo. / Reuters
EMPRESAS

El consejo de Pescanova cierra filas con la propuesta de Damm

Califica la postura de la banca acreedora de "irresponsable" por no aceptar esta alternativa

MADRID Actualizado: Guardar
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"Irresponsable". De esta forma calificó este miércoles el consejo de administración de Pescanova la postura de la banca acreedora de no aceptar, en principio, la propuesta de convenio presentada por la cervecera Damm (segundo máximo accionista, con el 6,2%) y el fondo Luxempart (tercero, con el 5,8%). Las siete grandes entidades financieras que concentran la mayoría de la deuda bancaria de la multinacional -conocidas como G7 y encabezadas por el Banco Sabadell, el Popular y Caixabank- ven "excesiva" la quita del 70% que se les plantea respecto a un pasivo financiero superior a los 3.300 millones de euros, puesto que su último objetivo era recuperar, al menos, 1.000 millones y con dicho plan difícilmente alcanzarían la mitad.

No piensan lo mismo los responsables de la empresa -aunque está, en realidad, está dirigida por los administradores concursales nombrados por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) hace 11 meses a instancias del Juzgado de lo Mercantil número 1 de Pontevedra-, para quienes la ofertas de Damm es "realista", al asumir una deuda "exigible" de casi 1.100 millones de euros a un tipo de interés medio aproximado del 5%. Según sus cálculos, ello supondría unos niveles iniciales de deuda respecto al resultado bruto de explotación (ebitda) de más de 18 veces, un margen que no bajará de las seis veces hasta el año 2020 y siempre que se cumplan las previsiones recogidas en el plan de negocio presentado.

"El Consejo no va a proponer un convenio que sobrepase de forma irresponsable el techo de deuda postconcursal que la propia empresa pueda asumir. Los números, fríos, no admiten más carga financiera", advirtió el consejo presidido por Juan Manuel Urgoiti. Es más, lamentan que ninguno de los acreedores (fundamentalmente, bancos) ni tampoco otros accionistas hayan presentado otras propuestas de convenio. "Podían haber realizado hasta cinco (alternativas) distintas, cada una apoyada por un 20% de la masa acreedora", se quejaron.

Desde las entidades financieras, por su parte, se evitó responder directamente a los administradores de Pescanova, con los que sí parecen coincidir en que no se declaren en concurso las filiales españolas del grupo y así lo van a pedir en el procedimiento concursal en los próximos días. En su opinión, se trata de sociedades "viables" y, por tanto, habría "margen para refinanciarlas".

Por su parte, los inversores minoritarios agrupados en la asociación AMAP se alinearon en parte con las tesis de la banca al rechazar el convenio de Damm y Luxempart por "falta de previsión", al estimar que la inversión prevista (que llegaría hasta los 250 millones de euros) se centra demasiado en sacar rendimiento en los primeros años "obviando el desarrollo a medio y largo plazo". "El rigor de las limitaciones que se imponen a los accionistas y acreedores para superar la insolvencia de Pescanova", advierten, "no es consecuente con los derechos y garantías que se conceden a los oferentes (Damm y Luxempart).

La banca acreedora, mientras, sigue haciendo números para ver si les compensa dejar que Pescanova caiga en disolución, un escenario que no ven "deseable". Sus cuentas apuntan que en caso de liquidación recuperarían hasta 700 millones de deuda gracias a las garantías que tenían suscritas previamente sobre su patrimonio. Además, siguen molestos con la letra pequeña del convenio propuesto, que prácticamente blinda una posición de privilegio para Damm y Luxempart pese a que «sólo» tendrían el 30% de la nueva sociedad.

Pérdidas hasta 2017

Las previsiones que se manejan en la propuesta referida -donde se incluye el cambio de denominación a Nueva Pescanova- apuntan unas ventas de 1.215 millones de euros, aunque el resultado bruto de explotación (ebitda) apenas llegará los 40 millones. De hecho, estiman que la compañía no volverá a la senda de los beneficios hasta 2017 y, en todo caso, serían inferiores a los siete millones de euros. Para entonces la deuda financiera ascendería a 780 millones frente a los 812,5 millones de los que se partiría.

En cualquier caso, los acreedores tienen de plazo hasta el próximo 14 de abril para sumarse a la oferta de Damm y Luxempart que, para salir adelante, necesita del respaldo de, al menos, el 50% de las partes que conforman el pasivo, entre las que figuran junto a la banca el resto de los accionistas y varios proveedores, además de Hacienda y la Seguridad Social. En caso contrario, y al no existir una propuesta alternativa -las entidades financieras sopesaron acudir con otro socio industrial, pero no formalizaron plan alguno-, Pescanova entraría en fase de liquidación procediendo a la ventas ordenada de todos sus activos.