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El mejor Madrid destruye la maldición

El mediocre y blando Schalke fue un juguete en manos de un equipo que domina las áreas y disfrutó de la mejor noche de la ‘BBC’

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El Real Madrid ha llegado al momento clave de la temporada en un momento de forma extraordinario, una seguridad enorme en sí mismo y un dominio de las áreas que atemoriza a cualquier adversario y le permite salir triunfante y reforzado con un histórico 1-6 en la tradicionalmente temible Alemania. Le sale todo y da la sensación de vencer sin desgastarse. Como puso de relieve Xabi Alonso en la víspera, es un grupo sólido, compacto y que sabe como jugar. Tiene un plan, que Ancelotti tardó en descubrir y encontró sobre todo a raíz de que Di María se acomodase sus partes y se convirtiera en titular indiscutible en el centro del campo, y lo ejecuta de maravilla. A partir de su mejoría defensiva, ha evolucionado hasta dar la sensación de poderle pelearle una eliminatoria, o una final, al poderoso Bayern de Múnich de Guardiola.

Hay que ser cautos, ya que es cierto que el Schalke es un equipo vulgar hasta decir basta, pero la ‘décima’ ya no es una utopía. En tiempos pretéritos el Madrid sufrió su maldición alemana ante otros rivales de medio pelo como el Múnich 1860, el Borussia de Moenchengladbach, el Kaiserslautern, el Hamburgo y hasta el Carls Zeiss Jena, de la antigua República Democrática Alemana. Y el ambiente del impresionante Veltins-Arena, conocido como el estadio del futuro, podría intimidar a un equipo sin grandeza, inseguro o inexperto. Pero este Madrid es un conjunto maduro, experto, ganador y capaz de encadenar 27 partidos sin perder. Desde su derrota en el clásico, su crecimiento ha sido exponencial. La ‘BBC’ sonó con fuerza hasta en las minas de Gelsenkirchen, con dos goles de Benzema, Bale y el insaciable Cristiano.

Suicidio alemán

Los de Ancelotti sonrojaron a un supuesto enemigo que se suicidó al no presionar al poseedor del balón y adelantar la defensa. Intimidado por el ilimitado potencial del adversario, el equipo de Jens Keller nunca se creyó que podría oponer resistencia a un gigante. Con buena técnica, orden, destreza, constantes llegadas al área y ese equilibrio del que tanto habla Carletto, el Madrid tomó Gelsenkirchen.

Por si existía alguna duda de la abismal diferencia entre los contendientes, hubo dos jugadas clave que acabaron con la eliminatoria en un cuarto de hora. Primero, Benzema culminó una gran combinación previa entre Bale y Cristiano. El taconazo del luso fue precioso, aunque tuvo la fortuna de que la tocase un central y se le quedase franca al francés. Acto seguido, Iker Casillas hizo una parada extraordinaria, una más de esas intervenciones antológicas bajo palos que han marcado su carrera. No juega bien con el pie y sufre por alto, pero cerca de la línea es un felino. Le sacó un remate a Draxler por intuición, agilidad y potencia de piernas. Recordó a la parada que le hizo a Perotti en el Pizjuán. Sólo al final Huntelaar, que enganchó un disparo enorme, evitó que el mostoleño sumase su décimo encuentro con su portería sin perforar. Su récord se quedó en 952 minutos.

A partir de ahí de esa parada, fue un festival del Madrid. Juega de tal forma que Xabi Alonso no necesita hacer grandes esfuerzos que seguramente le condenarían. Espera atrás, toca fácil, guarda la posición y tiene dos escuderos magníficos con Modric, que progresa de forma geométrica, y Di María, un jugador que con su físico suple cualquier limitación. Marcó Bale el segundo en una jugada que se inició con un regalo de Felipe Santana. Se entretuvo el central brasileño, Benzema le robó la cartera y el galés hizo el resto. Internada, dos regates y remate ajustado al palo.

El mejor Karim

Mención especial para Benzema, un delantero al que han recuperado Ancelotti y Zidane. Sin la competencia de Higuaín, ha encontrado una regularidad impensable cuando hace meses el Bernabéu reclamaba aMorata. Se ofrece, se desmarca, aguanta el balón, asiste, presiona al rival y anota. Es ahora el jugador con el que siempre soñó Florentino Pérez. Hasta el descanso, innumerables ocasiones del Madrid, casi todas acabadas por Cristiano y desviadas por Fährmann. Enormes ganas del Balón de Oro por exhibirse en Europa después de tres partidos sancionado en el torneo local.

La exhibición de los ‘naranjas’ mejoró aún tras el descanso. Los alemanes, rendidos a la evidencia, prácticamente no comparecieron y el Madrid dibujó combinaciones excelsasy goles fantásticos de Cristiano (2) -ya supera los 10 de Ibrahimovic en esta ‘Champions’- Benzema y Bale. Existen fundadas razones para pedir la titularidad de Jesé, pero el ‘expreso de Cardiff’ brilló en el mejor escaparate y respondió a las expectativas en su noche más completa con el Madrid. El golazo de Huntelaar le escoció a Iker pero quedó en anécdota. Y la vuelta se juega en el Bernabéu en la semana del clásico. Otra gran noticia para el Madrid.