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Fútbol

Al menos tres aficionados en estado grave por una pelea en un partido de Brasil

El partido entre el Atlético Paranaense y el Vasco de Gama se ha detenido por los graves incidentes

MADRID Actualizado: Guardar
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Tres aficionados resultaron este domingo heridos graves, y al menos uno de ellos se encuentra en coma, como consecuencia de una brutal pelea entre radicales del Atlético Paranaense y del Vasco da Gama, durante la disputa del partido correspondiente a la última jornada del Campeonato Brasileño. El encuentro, decisivo para el descenso, se interrumpió durante aproximadamente una hora, pero continuó jugándose hasta su finalización, a pesar de las consecuencias.

Los aficionados del Atlético Paranaense y del Vasco se enfrentaron en las gradas del Arena Joinville. Los graves incidentes tuvieron lugar en el minuto 17 del partido, con 1-0 en el marcador cuando varios radicales del equipo local se desplazaron hasta la zona reservada para los visitantes. Según el médico del estadio, Jose Eduardo Dias, tres aficionados fueron evacuados a un hospital cercano en estado grave. El partido, clave sobre el posible descenso de categoría del Vasco de Gama y de la clasificación para la Copa Libertadores del Atlético Paranaense no había sido designado como de 'alto riesgo' y la seguridad estaba a cargo de una empresa privada. Los agentes de seguridad del estadio tardaron en actuar cuando varios radicales se enzarzaron en una lucha entre facciones.

Al menos 3.000 'torcedores' del Vasco da Gama se habían trasladado hasta el estadio, mientras que sólo 80 empleados de la seguridad privada cuidaban las instalaciones. «Desafortunadamente, incluso con nuestra presencia, podría haber sucedido. Es una cuestión cultural», se disculpó Adílson Moreira, representante de la policía militar en el estadio. La principal facción de seguidores del Paranaense había publicado en su página web durante semana la semana anterior que no vendería entradas a mujeres y menores «debido al alto riesgo de enfrentamientos en la grada, en consecuencia con el gran número de 'torcedores' rivales que estarían en los partidos en la última jornada».

Los jugadores de ambos equipos se dirigieron a la tribuna para pedir los aficionados detener la pelea, con golpes con palos y pisotones en la cabeza, pero la disputa aumentó en grandes proporciones. Luiz Alberto, uno de los futbolistas, observó entre sollozos la escena después de que el árbitro decidiera parar el partido. «Esto tiene que parar. Les pedimos que se detengan y no nos escucharon», explicó el jugador mientras un helicóptero de la policía militar aterrizaba en el terreno de juego. «Es otro desastre en nuestro fútbol brasileño, en un año de la Copa del Mundo, el año en que Brasil será visto en todo el mundo. Es difícil», añadió Wendel, jugador del Vasco.

«Es una temeridad. No hay policía militar suficiente para proteger el partido», clamó el presidente del Vasco de Gama, Carlos Roberto de Oliveira, conocido como 'Roberto Dinamita' cuando después de una hora de suspensión se decidió que se iba a reanudar el encuentro. «Traemos más policías. Ahora hay 160 policías militares dentro del estadio y hemos llamado para que se acerquen de otras zonas», aseguró Adílson Moreira.

«Es lamentable que en esta situación de emergencia, potencialmente mortal, la Federación Brasileña de Fútbol no se manifieste. ¿Dónde está el director de competiciones de la CBF para paralizar el partido?», aseguró Rubens Lopes, presidente de la Federación de Río de Janeiro.

El partido finalizó con el resultado de 5-1 a favor del Atlético Paranaense, que jugará la próxima Copa Libertadores. El Vasco de Gama, por supuesto, terminó el campeonato en posiciones de descenso.