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Susan Rice, la mano derecha de Obama en política exterior

La actual embajadora ante la ONU fue blanco de críticas tras el ataque al consulado en Bengasi

WASHINGTON Actualizado: Guardar
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Susan Rice ha logrado un objetivo que perseguía desde 2008, al ser designada asesora de seguridad nacional del presidente de EE UU, Barack Obama, un puesto al que aportará pragmatismo, firmeza y una visión del mundo -marcada por el genocidio en Ruanda- que puede ser clave ante el conflicto de Siria.

Menos de seis meses después de que la polémica republicana en torno al atentado de septiembre pasado en Bengasi (Libia) hundiera sus aspiraciones de ser secretaria de Estado, Rice ha logrado lo que anhelaba desde hacía cinco años: ser la primera a la que escucha el presidente en lo relativo a política exterior. "Rice es una de las más cualificadas y experimentadas expertas en política exterior del país", ha señalado el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, en rueda de prensa.

La actual embajadora de Estados Unidos ante la ONU, de 48 años, no necesitará la confirmación del Senado, donde muchos republicanos aún la acusan de manipular los hechos en la explicación que ofreció en televisión pocos días después del ataque en Bengasi, en el que murieron cuatro estadounidenses. Bengasi pareció convertirse en el talón de Aquiles de esta experta en África curtida en la administración de Bill Clinton (1993-2001), pero Obama no ha dudado en sortear unas críticas republicanas que siempre tachó de "injustas" para premiar a Rice, una de las figuras diplomáticas más valoradas actualmente en la Casa Blanca.

Carácter brusco y tajante

En 2007, Rice asumió un gran riesgo al optar por asesorar el senador por Illinois en las primarias frente a Hillary Clinton, una figura clave de la Casa Blanca en la que ella dio sus primeros pasos políticos en 1993. Pero Obama, criticado por su escasa experiencia en Exteriores, escogió como primer asesor a James Jones, un general con un amplio conocimiento de Irak y Afganistán, sus desafíos más inmediatos.

Rice obtuvo a cambio el asiento de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad de la ONU, lo que no impidió que siguiera siendo una voz clave en la política exterior de la administración Obama, trazada más en la Casa Blanca que en el Departamento de Estado. Fue una de las pocas personas a las que Obama pidió consejo al escribir su famoso discurso de junio de 2009 en El Cairo dirigido al mundo musulmán y a menudo da su opinión sobre asuntos alejados de su esfera de influencia.

Ese papel destacado ha generado tensiones en el Departamento de Estado y anécdotas sobre su carácter brusco y tajante, como el extendido rumor sobre la vez que envió a paseo, aunque en términos más fuertes, al antiguo representante especial para Afganistán y Pakistán Richard Holbrooke, en la sala de crisis de la Casa Blanca. "No es una diplomática típica. No tiene mucha paciencia con las estupideces", ha señalado al periódico 'The Washington Post' Ed Luck, exasesor del secretario general de la ONU.

Ese carácter de "profesora de colegio", como lo definió un diplomático del Consejo de Seguridad en una ocasión, se compensa, según sus asesores, con una apasionada defensa de sus posiciones y la cercanía que despliega con quienes la conocen bien.

Su temple no ha impedido que Estados Unidos viera rechazados una y otra vez sus intentos de sacar adelante resoluciones sobre Siria en el Consejo de Seguridad, aunque sí fue clave, según el Gobierno de Obama, para aprobar la resolución que permitió ataques aéreos en Libia en 2011.

Pragmática

Con sólo 32 años fue secretaria de Estado adjunta para África, pero lo que verdaderamente marcó su visión del mundo fue su trabajo en la Casa Blanca de Clinton, con la que viajó en 1994 a una Ruanda fracturada entre hutus y tutsis ante la impasibilidad occidental. "Me juré a mí misma que, si alguna vez me enfrentaba a una crisis como ésa de nuevo, me pondría del lado de tomar medidas drásticas, con el uso de toda la fuerza si fuera necesario", señaló Rice en una entrevista con 'The Atlantic Monthly' en 2000.

Esa determinación puede ser clave en un momento en que la Casa Blanca reexamina su política en Siria. No obstante, Rice aseguró a periodistas en mayo pasado que se opone a los bombardeos aéreos y las otras opciones militares que se barajan. Ante todo, Rice es una diplomática "pragmática" y acepta que la misma fórmula que funcionó en Kosovo y Libia no tiene por qué encajar en Siria, según indicó ella misma a la revista 'Foreign Policy'.

Hija de un miembro del consejo de gobernadores de la Reserva Federal y una experta en educación, Rice creció en un ambiente adinerado y hoy es la quinta integrante más rica del Ejecutivo de Obama, con una fortuna de entre 27 y 50 millones de dólares en 2011.

Estudió en la Universidad de Stanford, donde conoció a su esposo, el productor de televisión canadiense Ian Cameron, con el que tiene dos hijos. Recibió la afamada Beca Rhodes, con la que estudió un máster y un doctorado en la Universidad de Oxford.