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Los médicos admiten estar poco formados para atender la epilepsia

Albergan creencias erróneas, como pensar que es bueno introducir algo en la boca del paciente para que no se muerda la lengua durante una crisis

MADRID Actualizado: Guardar
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Unos 400.000 españoles padecen epilepsia y se calcula que hasta un 5% de la población puede sufrir alguna vez una crisis. Sin embargo, ni médicos de familia, ni psiquiatras ni pediatras están muy preparados para atender a este tipo de enfermos. De acuerdo con una encuesta patrocinada por la Sociedad Española de Neurología y la Fundación de Ciencias de la Salud, un 81,6% de los médicos de atención primaria interrogados admiten estar poco o nada informados sobre la enfermedad, lo que hace que hasta el 87% no se sienta debidamente formado para abordar un tratamiento.

El estudio revela importantes errores en el manejo de pacientes epilépticos. Según José Ángel Mauri, coordinador del ‘Libro Blanco de la Epilepsia en España’, un 60% de los psiquiatras y médicos de atención primaria y un 50% de los pediatras creen que, en caso de una crisis epiléptica, se le debe introducir algo en la boca al paciente para impedir que se muerda la lengua, algo desaconsejado por los especialistas.

También es equivocado pensar que es preciso inmovilizar al enfermo, una práctica que dan por buena el 40% de los encuestados. Sin embargo, no todo son desaciertos. Los facultativos dan en la diana cuando aseveran que es bueno que, durante un ataque convulsivo, se procure amortiguar la cabeza del paciente, se coloque a este de lado, se afloje la ropa que se ajusta al cuello y se le ponga boca abajo.

"Los errores importantes y extendidos en relación con la atención de una crisis convulsiva que revela el estudio ponen de manifiesto la imperiosa y urgente necesidad de realizar campañas nacionales en todos los sectores, con el objetivo de que la atención de una crisis epiléptica forme parte de una cultura general de primeros auxilios", aseguró Rosario Cantera, presidenta de la Asociación de Andaluza de Epilepsia (APICE) y miembro del comité científico que diseñó las líneas básicas del estudio.

El presidente de la SEN, Jerónimo Sancho, apostó por acabar con el estigma social y la discriminación laboral que rodean a los afectados. La dolencia –en realidad el efecto de un conjunto de enfermedades, cuyo origen es muchas veces desconocido- no es impedimento para el desarrollo de una vida laboral estable. Los epilépticos tienen un índice de absentismo menor que el de la población general y su afección no es óbice para que conduzcan sin peligro. Este experto censuró el escaso número de unidades médico-quirúrgicas para tratar las epilepsias resistentes al tratamiento, lo que da lugar a que "los tiempos de espera para el acceso de los pacientes se prolongue hasta los dos o tres años".