El hurto de las piezas de valor se habría producido presuntamente durante la limpieza de nichos. / Félix Moquecho
Guipuzcoa

Inculpados dos empleados de un cementerio por robar muelas de oro

El Ayuntamiento de Eibar cree que los dientes sustraídos procedían de cadáveres no reclamados

SAN SEBASTIÁN Actualizado: Guardar
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La Ertzaintza de Eibar ha logrado desbaratar las presuntas actividades ilícitas de dos personas, ambos trabajadores del cementerio de Eibar y adscritos a la plantilla del Ayuntamiento armero, que se habrían dedicado a extraer piezas dentales y anillos de oro de cadáveres enterrados en el camposanto para venderlos en una tienda de compraventa de oro. Los dos detenidos, que responden a las iniciales O.C.I, de 32 años, y A.M.B.G, de 43 años, según confirma la Ertzaintza, se dedicaban presuntamente a la venta de las piezas dentales de oro extraídas a las personas fallecidas, tras la limpieza de los nichos del cementerio eibarrés.

La investigación policial se inició cuando la inspección rutinaria de los libros de registro de las tiendas de 'Compro Oro' reveló que se había producido un elevado número de transacciones de piezas dentales y anillos. A partir de esta circunstancia, la pesquisa policial pudo constatar que los dos trabajadores del cementerio habrían realizado hasta un total de quince ventas del preciado metal incrustado en las piezas dentales de los muertos. «Uno de ellos llevó a cabo ocho ventas y otro siete», según indicaron fuentes de la Ertzaintza. En el libro de registro del comercio adquiriente se contabilizaron un total de 100 objetos vendidos por ambos trabajadores, en las sucesivas transacciones que realizaron en la tienda que les adquiría el oro robado.

Confesión en comisaría

A partir del alto número de transacciones que dos personas llevaron a cabo en esta tienda, la Ertzaintza pudo identificar que ambos empleados del mencionado camposanto obtenían los objetos vendidos de sus hurtos a los fallecidos. Tras dar con su identificación, los dos sepultureros fueron trasladados a la comisaría de la Ertzaintza la pasada semana, donde habrían confesado cuál era el origen de las piezas dentales y anillos de oro. La orden de detención les acusaba de un delito de apropiación indebida, siendo puestos en libertad más tarde.

Otras fuentes consultadas por este periódico llegaron a especular con la posibilidad de que los detenidos dispusieran de un pequeño crematorio, de escasa potencia, en el propio cementerio para fundir las piezas. No obstante, este extremo fue desmentido de forma categórica por la Ertzaintza, que precisó que «las ventas correspondían a objetos en bruto y no fundidos».

A su vez, desde la tienda que adquiría los objetos robados a los fallecidos apuntaron que «no hemos recibido piezas fundidas últimamente. Tanto los dientes de oro como anillos se han entregado en bruto. Tenemos la obligación de entregar los libros de registro de nuestras actividades todos los meses a la Ertzaintza. Sé que hace unos días se abrió una investigación sobre el alto número de transacciones de piezas dentales que realizaron dos personas, en concreto», señaló la dependienta de este comercio.

Desde esta tienda indicaron también que «con esta situación de crisis hay muchas personas mayores que se acercan a vender todas sus piezas dentales de oro. Desconocíamos que habíamos adquirido piezas extraídas a los muertos en el cementerio. Se ven todos los días muchos drama de gente muy necesitada de dinero, pero robarles a los muertos... no me lo imaginaba».

La tienda que adquiría el oro pacta unos precios de 20 euros el gramo para el oro de 18 kilates y de 28 euros para el de 28 kilates.

Limpieza de nichos

El Ayuntamiento de Eibar está procediendo a renovar las instalaciones del cementerio después de constatar notables cambios en cuanto a los enterramientos y ritos funerarios. De hecho, se registra un menor número de enterramientos, lo que ha conllevado la reducción de nichos. Estos son alquilados por años, pero cuando expira el periodo, las familias son avisadas si quieren contar con un nicho de cenizas o si prefieren que los restos sean retirados del cementerio. La práctica habitual es que los enterradores no indiquen a las familias si en el momento de la limpieza localizan piezas, anillos u otros objetos de valor de sus fallecidos, sino que sólo comunican el fin del periodo de cesión del nicho.

El cambio de costumbres ha derivado en una reducción constante de los enterramientos. Según datos del Ayuntamiento, en 2008 había 8.262 nichos en Eibar, pero dado que muchos habían quedado libres, se procedió al derribo de gran parte.