GALICIA

Pena de 45 años de prisión para el asesino de los mellizos gallegos

La madre de los menores, que murieron en 2011, ha sido condenada a once años de cárcel por homicidio imprudente y malos tratos

SANTIAGO DE COMPOSTELA Actualizado: Guardar
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El autor confeso del asesinato de dos mellizos de diez años en A Coruña, Javier Estrada, ha sido condenado a 42 años y medio de prisión por dos delitos de asesinato y dos delitos de malos tratos, así como por ser coautor de dos delitos de malos tratos habituales y tres de maltrato familiar. Así lo dicta la sentencia de la sección segunda de la Audiencia Provincial de A Coruña, han informado fuentes próximas a este caso.

Asimismo, se establece una condena de 11 años y siete meses de prisión para la madre de los mellizos, a la que se le imputan dos delitos de homicidio imprudente y cuatro delitos de maltrato familiar, además de también declararla coautora de otros. Por otra parte, los dos condenados deberán hacer frente a una indemnización de 60.000 euros tanto a la abuela de los menores como a su hermano mayor, cantidad que se establece será abonada en un 60% por Javier Estrada, autor confeso, y en un 40% por Mar Longueira, madre de los mellizos Alejandro y Adrián.

La sentencia considera probado que la convivencia de los menores con su madre siempre "fue complicada". Esta convivencia solo empeoró cuando la madre de los mellizos comenzó su relación sentimental con el autor confeso pues, según recoge la sentencia "el comportamiento violento de la procesada con sus hijos no solo era continuo, sino que se exacerbó por la presencia del acusado". La Audiencia Provincial considera probados los gritos, insultos, bofetadas y empujones hacia los menores por parte de Javier Estrada. Asimismo, el tribunal está seguro de que todas estas acciones violentas del acusado hacia los niños eran conocidas por su madre, que también las llevaba a cabo.

De la misma manera considera probado el delito de asesinato por parte de Javier Estrada a los menores, a los que el día 21 de agosto de 2011 golpeó primero con dos estantes de madera, y más tarde con la parte metálica de un sillín de bicicleta "con la voluntad de acabar con la vida de los niños". Tras estos hechos, Javier Estrada intentó limpiar los restos de sangre, se duchó y trató de preparar su huida, a pesar de que se arrepintió y procedió a llamar a la Policía para confesar el crimen. Esta acción conllevó a que se contemple la atenuante de confesión, pero al mismo tiempo rechazan que el acusado presentase trastornos psíquicos que le impidiesen ser consciente de sus actos, como ya declararon en su momento las psicólogas que lo atendieron. En el caso de Mar Longueira, el tribunal la condena a dos delitos de homicidio imprudente pues considera que incumplió su deber de garantizar la seguridad de su hijos al dejarles al cuidado de una persona de la que sabía que los maltrataba de una forma reiterada