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El Barça se reinventa para reconocerse

Los jugadores celebran más el regreso a los orígenes que la remontada al Milan, aunque fue necesaria una revolución táctica

BARCELONA Actualizado: Guardar
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«Hemos vuelto a los orígenes, pero esperamos no necesitar otro cachetazo para tener que hacerlo». La frase de Javier Mascherano, uno de los discursos más respetados en el vestuario azulgrana, revela que el Barça se ha esforzado por aprender la lección. La remontada ante el Milan, un 4-0 formidable que ha dado la vuelta al mundo, confirma que el equipo mantiene su fantástica esencia si pone los cinco sentidos en lo que hace, pero evidencia que en el último mes se hicieron demasiadas cosas mal que amenazaron con derribar la obra que se estaba reconstruyendo con éxito. Sergio Busquets, otro con mensaje prudente, lo reconoció: «Todos los partidos de Liga de Campeones cuestan, el 2-0 de San Siro nos enseñó que no hay favoritos, que si no salimos al máximo al campo te puede ganar cualquiera».

La goleada al Milan no solo es un gran triunfo con repercusión deportiva y un premio brutal, la clasificación para los cuartos de final por séptimo año consecutivo, también tendrá beneficios anímicos y morales en una plantilla que había encajado tres duros golpes muy seguidos: el 2-0 de la ida en Milán, el 1-3 y el KO copero ante el Madrid y el 2-1 liguero del Santiago Bernabéu. Ahora los 13 puntos de ventaja en el liderato de la Liga recuperan su lógico valor y la eliminación copera, aunque 15 días después, se puede contemplar como lo que es, un gaje del oficio.

La reaparición del mejor Barça tiene varias explicaciones. Sergio Busquets enumera alguna de ellas: «Nos fue muy bien tener más de una semana para preparar el partido, la afición estuvo inmensa desde antes del partido y el equipo se concienció». Las críticas recibidas también sirvieron de estímulo, como reconoció Mascherano de forma velada: «He llegado a escuchar estos días que el ciclo de dos jugadores tan importantes para el Barça como Puyol y Xavi se había acabado. ¡Por favor! He estado en varios equipos y hay que valorar más lo que hay aquí. Claro que nos dolió perder ante el Madrid, pero es una gran equipo y unas veces le eliminaremos nosotros y otras pasarán ellos. Siempre ha sido así cuando se enfrentan grandes escuadras».

La idea de Tito

Pero también hay que valorar la apuesta táctica ideada por Tito Vilanova desde Nueva York y trabajada por Jordi Roura en Barcelona. El Milan había desactivado a Messi en San Siro como nadie lo había hecho. Hasta en los dos últimos pulsos contra el Madrid, pese a la sensación general, tuvo sus ocasiones. Pero en Italia fue una presa en la tela de araña defensiva de Massimiliano Allegri, con ayudas entre pivotes y centrales para taparle. La solución no es nueva. Guardiola ya la utilizó la pasada temporada puntualmente, al igual que Roura en alguno de los últimos encuentros. Pero esta vez se desarrolló a la perfección: Villa jugó de ‘9’ verdadero en el mundo de las falsas posiciones, con Alves casi de extremo en la banda derecha y Pedro por la izquierda. ¿Y Messi? De mediapunta, cerrando el vértice de un rombo completado por Busquets, Xavi e Iniesta, con una arriesgada defensa de tres.

El ‘Guaje’ hizo con humildad el papel que se le pidió: hacer de cebo para los centrales del Milan, Zapata y Mexès, que quedaron fijados en su marcaje sin poder salir a las ayudas a Ambrosini cuando Messi aparecía por allí. Si arriesgaban, malo, pues Villa podía tener un hueco (lo aprovechó en el 3-0), y si se quedaban, peor, pues Messi podía tener un valioso metro para disparar desde la frontal (así llegaron los dos primeros goles).

La apuesta fue atrevida. Niang envió al poste el único despiste de Mascherano con la adelantada zaga de tres. Hubiese sido el 1-1 antes del descanso, posiblemente el fin del sueño de la remontada. Valentía también es presionar lo más arriba posible, con agresividad, intensidad y fe, para recuperar los balones perdidos cerca del área rival y crear las jugadas de ataque de inmediato. Mascherano lo escenificó en el 3-0 de Villa. Siendo el último central, se adelantó a El Shaarawy en campo rival. De la osadía han nacido los mejores partidos del Barça en el último lustro. Como aquel 5-0 al Madrid en noviembre de 2010. Busquets aceptó la comparación: «Quitando aquel 5-0, puede que sea el mejor partido que hemos hecho. Otros han sido muy buenos, pero no necesitábamos tanto como remontar un 2-0». Pero como dice Iniesta, más allá de resultados grandilocuentes o de euforias desmedidas, la gran noticia para el Barça es que ha recuperado las sensaciones: la presión y la circulación del balón, que son sus señas de identidad.