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Se busca tumba para la ballena

Ayuntamiento de Donostia, Ámbar y Aquarium se coordinan para enterrar el cetáceo que ha encallado esta mañana en la playa y ha fallecido horas después por enfermedad

SAN SEBASTIÁN Actualizado: Guardar
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La asociación Ámbar para la protección de la fauna marítima de Euskadi, el Ayuntamiento donostiarra y el Aquarium se están coordinando para encontrar un emplazamiento adecuado para enterrar la ballena que está varada en la arena de La Concha. El rorcual, que ha fallecido a las 11.50 horas, después de que moviera la cola en unos estertores que vaticinaban su fallecimiento, mide 16.6 metros y pesa unas 8-10 toneladas, la mitad de lo que debía pesar.

La muerte le ha sobrevenido por enfermedad, lo que hizo que se debilitase y buscase un lugar protegido como es la bahía donostiarra. Los rozamientos con la arena y las rocas le produjeron heridas en la piel. Ámbar espera poder tomar muestras de la ballena para realizarle la autopsia y poder conocer su enfermedad.

Como medida de precaución, la zona está acordonada por la Guardia Municipal ya que podría tener alguna enfermedad contagiosa para las personas, como una pulmonía, según ha señalado la voluntaria de Ámbar, Raquel Colomo, que con otros tres voluntarios y la bióloga de la asociacion Ilazki Goenaga atendían los últimos momentos del rorcual común. Un gentío está siguiendo el suceso en la barandilla, delante de Miraconcha.

Tras activar el protocolo, el Ayuntamiento ha decidido que llevará a cabo la operación mediante dos grúas de gran tonelaje, con las que se moverá al cetáceo hasta un camión para que sea trasladado. A esta hora se barajan dos opciones: enterrarlo en una parcela municipal, o trasladarlo a Asturias, donde el Museo del Calamar Gigante de Luarca ha mostrado su interés por hacerse con el animal. La dificultad para llevarlo a Asturias estriba en conseguir los permisos pertinentes.

16,6 metros

Según el vicepresidente de la Asociación para el Estudio y la Conservación de la Fauna Marina (Ambar), Enrique Franco, se trata de un ejemplar de rorcual común, de 16,6 metros de longitud, que en las últimas horas se había acercado al litoral donostiarra posiblemente debido a algún tipo de enfermedad, ya que la ballena se encontraba "muy delgada".

El experto, que aún no ha podido determinar el sexo del rorcual, ha aclarado, no obstante, que hasta que no se practicada la necropsia no será posible determinar las causas de la muerte porque, para una ballena, el sólo hecho de permanecer varada puede causarle la muerte por asfixia, ya que cuando están fuera del agua el gran peso de estos animales les oprime los pulmones y les impide respirar.

Otra gran ballena ha aparecido hace unos días en otro punto de la costa cantábrica, esta vez muerta. En San Vicente de la Barquera aún están sorprendidos con la llegada del cadáver de un ejemplar de 18 metros y más de 9 toneladas de peso.