España, agraciada en el sorteo de la Copa Confederaciones

No puede quejarse la selección española del resultado del sorteo de la Copa Confederaciones 2013, celebrado este sábado en Sao Paulo (Brasil). Los campeones de Europa y del mundo ya sabían de antemano que les correspondía en suerte Uruguay y que evitaban a Italia, invitado como subcampeón continental, pero conocieron también que, salvo sorpresa mayúscula, vivirán una primera fase de lo más tranquila, ya que se medirán a la exótica Tahití y al siempre irregular campeón de África, que se decidirá en febrero próximo.

El problema de formar parte de un grupo tan llevadero tendrá lugar en los cruces. A priori, a los españoles les corresponderá medirse en semifinales a Brasil, selección anfitriona, o a Italia, que buscaría la venganza por la afrenta sufrida en la final del pasado campeonato de Ucrania y Polonia. Sobre el papel, la ‘canarinha’ y los ‘azzurri’ deberían supera la primera criba en detrimento de Japón y de México, integrantes también del ‘grupo de la muerte’.

Del Bosque exige máximo respeto a todos los rivales y recuerda que los ‘charrúas’ siempre son duros de pelar y por algo terminaron cuartos en el pasado Mundial de Sudáfrica, al que Forlán llegó en plenitud. España pretende sacarse la espina de lo ocurrido hace tres años en la última Confederaciones. La inesperada derrota en semifinales ante Estados Unidos fue el único varapalo sufrido por el actual seleccionador. De la amarga noche de Bloemfontein extrajo el técnico salmantino como gran conclusión que Busquets no podía faltar en el equipo titular.

La gran noticia es poder medirse por vez primera a los tahitianos, sorprendentes ganadores de la Copa de Oceanía, hasta entonces siempre conquistada por Nueva Zelanda o Australia, que ahora compite en la zona asiática con el fin de intentar aumentar su potencial. En el puesto 119 del escalafón de la FIFA, la selección de Tahití es el equipo representativo de la Polinesia Francesa en las competiciones oficiales. Es uno de los combinados más exitosos de Oceanía, el único del Pacífico que posee un título Copa de las Naciones al imponerse por la mínima a Nueva Caledonia en la final de la edición celebrada el año pasado en las Islas Salomón. Además, fue subcampeón en 1973, 1980 y 1996, y conquistó los tres certámenes de la Copa Polinesia.

La ‘canarinha’ abre el torneo con los nipones el 15 de junio en Brasilia. En el último duelo, Brasil arrolló a los asiáticos por 4-0 en un amistoso disputado el 16 de octubre en Polonia. México, el adversario más temido de la auriverde, debuta con Italia el 16 de junio en el mítico estadio Maracaná de Rio de Janeiro. El Brasil-México, que será la reedición de la final olímpica, se celebrará el 19 de junio en Fortaleza. En agosto, el ‘tri’ olímpico derrotó a la selección del exentrenador Mano Menezes en la final de los Juegos de Londres 2012. En 1999, Brasil perdió 4-3 frente a los aztecas en la final de la segunda edición de la Copa Confederaciones. Por su parte, la ‘Roja’ y los celestes se enfrentarán el 16 de junio en Recife. Cuatro días después, España se verá las caras con Tahití en Río de Janeiro, para cerrar la primera fase ante el campeón de África, el 23 de junio en Fortaleza.

«No es un ensayo general»

«No estamos aquí a modo de ensayo general para ver las posibilidades y oportunidades de Brasil, sino que es un torneo de campeones, será un campeonato maravilloso», dijo el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, que abrió la ceremonia y reafirmó su confianza en Brasil para la organización de este torneo previo al Mundial 2014. La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, afirmó, por su parte, que su país será «el mejor» organizador de ambos torneos.

En total se jugarán 16 partidos: 12 en la primera fase, dos de semifinales, el tercer puesto y la final. El torneo se celebrará en seis de las 12 sedes del Mundial: Belo Horizonte, Brasilia, Fortaleza, Recife, Rio de Janeiro y Salvador. El sorteo tuvo un momento de confusión, cuando el secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, equivocó la posición de los equipos en el grupo B. «Todo está bien, todos están felices porque finalmente sabemos quién jugará contra quién», dijo un portavoz de la FIFA, irónico, tras el sorteo.

La FIFA se reunió el viernes con el Comité Organizador Local (COL) y confía que todas las obras «se entregarán dentro del plazo establecido». «Sabemos que todo no será perfecto, pero yo sé que las obras se acabarán a teimpo», lanzó Blatter después del encuentro, siguiendo una línea de la FIFA de bajar su nivel de exigencia en la organización de ambos torneos. De hecho, Jerome Valcke había dicho el viernes que la organización debió adaptarse a Brasil y se convirtió en la «FIFA samba, más flexible». Más allá de los estadios, Brasil se enfrenta importantes retos de infraestructura urbana y a la urgencia de modernizar y ampliar la capacidad de sus colapsados aeropuertos. Hasta ahora, la FIFA vendió 132.000 entradas para la cita de 2013.