crisis financiera

El BCE comprará deuda pública pero exige que antes España e Italia pidan el rescate

Draghi confirma que el instituto emisor de la eurozona adquirirá deuda soberana de los países de la eurozona bajo estrictas condiciones

MADRID Actualizado: Guardar
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El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha dicho hoy que "está en manos del Gobierno español solicitar ayuda" total o parcial para que la entidad compre deuda soberana española con el fin de que baje la prima de riesgo. El presidente del Banco Central Europeo ha anunciado un programa de compra de bonos en el mercado secundario “bajo estricta condicionalidad” y vigilancia, y ligado a la actuación de los fondos de rescate europeos. Para que se ponga en marcha, los países –España es la que está en el ojo del huracán, seguida por Italia- tendrán que realizar una petición expresa, con lo que la presión sobre el Gobierno español se mantiene.

Sin embargo, el presidente del Gobierno, presidente Rajoy, ha esquivado pronunciarse sobre si pedirá el rescate con el argumento de que todavía no había podido leer el comunicado del BCE. “Cuando tenga alguna novedad, se la contaré”, ha respondido en la rueda de prensa que ofrecía en Madrid con la canciller alemana, Angela Merkel, al mismo tiempo que la que daba el presidente del Banco Central Europeo en Fráncfort.

En octubre, España tiene que hacer frente a unos vencimientos de deuda de 24.000 millones de euros, por lo que es una fecha clave para que el Gobierno solicite el rescate ante las crecientes dificultades para financiarse apelando a los mercados. Respecto a si para ese momento estará en marcha la compra de bonos españoles por parte del BCE, Draghi ha señalado: “En cuanto a España, nosotros hemos marcado una ruta, está en manos de los gobiernos, del Gobierno de España y de los gobiernos de la eurozona” decidir si activan la compra de deuda. No obstante, Draghi ha admitido que la decisión de aprobar el programa de compra de deuda no ha logrado la unanimidad entre los miembros del Consejo de Gobierno del BCE, sino que ha habido “una opinión discrepante”. Aunque no lo citó, se refería al presidente del Bundesbank, Jens Weidemann, que se ha opuesto públicamente al mismo.

El BCE ha ligado estas “transacciones monetarias directas” a que los países soliciten la ayuda de los fondos europeos de rescate y cumplan las condiciones que les impongan en los memorandos de entendimiento. “La adhesión de los gobiernos a sus compromisos y la intervención de los mecanismos de rescate son condiciones necesarias”, ha recalcado. A la hora de definir las condiciones que deberá cumplir el país que solicite la ayuda y la vigilancia de su cumplimiento, el presidente del BCE ha incorporado la posibilidad de la participación del FMI, lo que hasta ahora sólo ocurría en el caso de los tres países con rescate total: Grecia, Irlanda y Portugal. Cuando se no cumplan los ajustes macroeconómicos o las condiciones del programa de precaución, el consejo de Gobierno del BCE podrá decidir, a su discreción, suspender la compra de deuda soberana. Es decir, la vigilancia será permanente y la ayuda se podrá retirar si el país en cuestión no cumple sus compromisos.

El presidente del BCE ha hablado del “programa de precaución de líneas de crédito mejoradas”, mediante el cual los fondos europeos harían compras directas de deuda pública al Tesoro del país correspondiente, en una especie de rescate precautorio. La denominación no llega al irónico “tomate” que utilizó The Economist para criticar la resistencia del Gobierno para pronunciar la palabra maldita cuando se locitó el rescate para el sector financiero, pero es otro eufemismo. A juicio de Draghi, las compras de deuda permitirán a la entidad tratar las "distorsiones severas" en los mercados de bonos, así como garantizar la "irreversibilidad del euro" y evitar "escenarios catastróficos".

Las compras del BCE se centrarán en bonos de 1 a 3 años y serán “esterilizadas”, lo que significa que se retirará un volumen de liquidez equivalente al de la compra de bonos. Draghi ha rechazado establecer límites de cantidad y ha anunciado que el importe global de las operaciones realizadas se publicará semanalmente y cada mes se comunicará el desglose por países. Cuando Grecia, Irlanda o Portugal vuelvan a los mercados, también podrán solicitar al BCE que les compre deuda pública, según ha avanzado el gobernador.

Además, el BCE no será un acreedor privilegiado, sino que tendrá el mismo tratamiento que los acreedores privados. Esta era una condición necesaria para no ahuyentar a los inversores privados de la compra de deuda soberana, puesto que si hubiera un caso de quita, los privilegios del BCE se harían efectivos a costa de los privados. Cuando se acordó la quita de Grecia, el único que no asumió la misma fue el Banco Central Europeo, una situación que no se volverá a repetir.