El presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Dívar. / Foto: Emilio Naranjo (Efe) | Vídeo: Atlas
polémica en el cgpj

Dívar no pide perdón pero dice «lamentar» el daño que sus viajes han provocado al Poder Judicial

El presidente del órgano de gobierno de los jueces sostiene que siempre se ha pagado sus gastos privados

MADRID Actualizado: Guardar
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Veintidós días después de que estallara el escándalo, Carlos Dívar finalmente ha comparecido para dar explicaciones sobre la veintena de viajes que realizó a Marbella entre noviembre de 2008 y marzo de 2012 y cuyos costes, cercanos a unos 13.000 euros, cargó al presupuesto del CPGJ. Se ha presentado ante la opinión pública para asegurar que "lamenta profundamente" el daño que a la imagen del Poder Judicial han provocado estos gastos, pero no para pedir perdón.

Lejos de entonar un ‘mea culpa’, el presidente del Tribunal Supremo ha afirmado tener la "conciencia absolutamente tranquila" porque no ha cometido "ninguna irregularidad jurídica, moral o política". Dívar, que ha dicho sentir "amargura y preocupación" por haberse visto envuelto en esta polémica, no obstante, se ha negado a explicar con quién se reunió y qué acontecimientos motivaron el desembolso de cerca de 40 cenas en hoteles de lujo de la Costa del Sol. El juez se ha escudado en motivos de seguridad y de "materia reservada" para no detallar los pormenores de esos encuentros, cuyos gastos endosó a las arcas del Poder Judicial

El presidente ha negado haberse planteado dimitir porque ello sería "reconocer su culpabilidad" y ha insistido en que todas esas facturas corresponden a gastos que hizo en función de su cargo y que, los que fueron privados, los "disoció" y los abonó de su propio bolsillo. En cualquier caso, ha afirmado, "nunca eludí el control o la fiscalización" de los órganos preceptivos del Consejo.

Carlos Dívar ha asegurado que su frase de que estos gastos eran una "miseria" fue malintepretada y sacada de contexto, al tiempo que ha explicado que siempre fueron hoteles de cuatro estrellas y de un coste "bastante económico para la zona". En cualquier caso, ha defendido que todos esos continuos viajes a Málaga siempre estuvieron justificados para tener "contacto directo con la realidad del momento".