Nace el primer bebé gorila del Parque de Cabárceno

El primer bebé gorila nacido en Cantabria es tan pequeño que apenas es visible en el regazo de su madre. Chelewa no suelta a su hija ni un segundo desde que la parió, pasadas las diez de la noche del martes, en el Parque de la Naturaleza de Cabárceno. La expectación es máxima en el recinto de los gorilas de llanura. La madre trata con sumo cariño y delicadeza a la cría, que pesa 2,2 kilos, pero la pequeñaja aún tiene dificultades para encontrar los pezones. El equipo veterinario y los cuidadores están muy pendientes de observar si Chelewa comienza a amamantarla, ya que, de no ser así, tendrían que intervenir para intentar darle el biberón.

El padre de la criatura es Nicky, sin lugar a dudas, ya que es el único macho del grupo, un imponente ‘espalda plateada’ de 26 años que nunca antes había procreado. El resto de la familia lo componen dos hembras, Nadia, de 32 años, y Moja, de 7. Chelewa, que sólo tiene 6 años, es la más joven. La alegría con la que se ha recibido el nacimiento del primer bebé gorila en el parque cántabro no será plena hasta que se confirme que la benjamina va a ser capaz de criar a su hija por sí misma, aunque todas las señales son positivas. No se despega del bebé y lo acaricia con exquisito cuidado, pero lo fundamental es que mame.

Mamá mamó mucho

La joven simia es primípara, pero tuvo una madre muy atenta. De hecho, Chelewa se destetó muy tarde, cuando tenía cuatro años y medio, lo que significa que, en poco menos de dos años, ha pasado de ser lactante a tener que dar el pecho. Por desgracia, Chelewa no podrá contar con el apoyo de su progenitora, que, sin duda, habría sido una buena abuela, pero murió en otoño de 2010, cuando su hija tenía cinco años.

Con la llegada del bebé gorila, Cabárceno se convierte, de verdad, en el tercer centro reproductor de gorilas de España, junto con los zoológicos de Madrid y Barcelona, que ya han acogido nacimientos de estos grandes primates. El parque cántabro alberga gorilas de llanura desde hace cinco años, dentro del programa europeo de cría en cautividad de especies en peligro de extinción (EEP).

Sólo han pasado horas desde el alumbramiento y es pronto para sacar conclusiones sobre el éxito de la lactancia. Eso sí, las escenas de Chelewa con su bebé son conmovedoras. Por ahora, afronta sola su maternidad. Nicky no parece aún consciente de lo que ha ocurrido, aunque, como siempre, está vigilante para proteger a las hembras de posibles peleas entre ellas. Nadia, la veterana, permanece al margen y Moja, más traviesa e infantil, está celosilla de Chelewa y de su bebé. Los incordia, pero parece que lo que quiere es coger ella a la cría. En el Zoo de Praga, del que proviene, tenía dos hermanos pequeños y le gustaba jugar con ellos y cargárselos a la espald