SIRIA

El Parlamento Árabe pide la marcha de los observadores

Estima que su presencia no tiene ningún efecto sobre la represión que siguen ejerciendo las fuerzas del régimen de Bachar El-Asad

EL CAIRO Actualizado: Guardar
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Salem al Diqbassi, presidente del Parlamento Árabe, ha pedido la retirada inmediata de los observadores de Siria al estimar que su presencia no tiene ningún efecto sobre la represión que siguen ejerciendo las fuerzas del régimen de Bachar el-Asad. "El régimen sirio sigue matando inocentes (..) asistimos a una escalada de la violencia, cada vez matan a más personas, incluidos niños, y todo ello en presencia de los observadores", ha apuntado el jefe de ese órgano consultivo de la Liga Árabe.

Mientras tanto, los principales grupos de la oposición siria, el Consejo Nacional Sirio (CNS) y la Instancia de Coordinación Nacional (ICN), han evidenciado las grietas que los separan a la hora de elaborar una estrategia común para acabar con el régimen de El-Asad.

La ICN, que representa a la llamada "oposición interna", difundió el sábado un documento que contenía un supuesto acuerdo firmado por ambas facciones para trazar el camino del país hacia la transición, una vez que haya caído El-Asad. Sin embargo, las diferencias en aspectos tan sustanciales como una posible intervención armada extranjera, la apuesta exclusiva por vías pacíficas, o la organización de las fuerzas opositoras han levantado un muro que complica la unidad de acción.

Estas divergencias se vuelven más lacerantes al constatar que la represión no cesa -este domingo han muerto al menos nueve personas según la oposición- y que la misión de observadores de la Liga Árabe no ha conseguido por ahora evitar el derramamiento diario de sangre.

Reproches

El CNS acusa a la Instancia de haber filtrado el acuerdo a los medios de comunicación cuando este solo era un borrador, mientras que la ICN asegura que el documento ya fue rubricado por los líderes de ambos grupos tras mes y medio de negociaciones. En el fondo, subyacen las diferentes visiones que existen entre el CNS y ciertos sectores de la "oposición interna", que son acusados de buscar cierto grado de connivencia con las autoridades y que han llegado a ser agredidos en sus visitas a la sede de la Liga Árabe en El Cairo.

Como ha explicado el portavoz del CNS Omar Edelbe, existen todavía tres puntos importantes de discordia entre ambos grupos. En primer lugar, el CNS considera al llamado Ejército Libre Sirio, soldados desertores que se han alzado en armas contra el régimen, como "el brazo que protege a los manifestantes", mientras que la ICN aboga por métodos exclusivamente pacíficos de protesta. Las facciones también están divididas sobre una posible intervención extranjera, que la ICN rechaza por completo, pero que el CNS pretende dejar abierta "para proteger a los civiles". El tercer punto de divergencia es que la Instancia rechaza adherirse al CNS, y aboga en cambio por agrupar a todos los movimientos en un Congreso General.

El jefe de la Oficina de Prensa del CNS y miembro de su Ejecutiva, Ahmed Ramadan, ha indicado que el documento en cuestión recoge las ideas que ha abordado su organización con otros movimientos para presentarlas ante la conferencia general de la oposición convocada por la Liga Árabe, pero que no es un acuerdo. Sin embargo, para la ICN, el fracaso a la hora de concertar una estrategia se debe a "un problema interno en el Consejo, que no tiene clara su visión política", según ha dicho uno de sus dirigentes, Jalaf Daud.

Sigue el baño de sangre

Mientras los grupos opositores se enredan en discusiones, la represión continúa en Siria sin que la misión de observadores de la Liga Árabe ni la llegada de un nuevo año hayan detenido a las fuerzas del régimen. Al menos nueve personas han muerto este domingo, entre ellas un menor, por los disparos de las fuerzas de seguridad y los "shabiha" (fuerza paramilitar), según el recuento ofrecido por los Comités de Coordinación Local. Cuatro de las víctimas se han registrado en Homs (centro), principal feudo de los opositores, mientras que otras tres se han producido en Hama (centro) y otras dos en Deraa (sur).

Los Comités han informado de que, desde que los observadores árabes entraron en Siria el pasado 22 de diciembre, han muerto 315 personas por la represión, entre ellas 24 menores, y otras 125 han sido detenidas.

La cifra total de víctimas mortales que los Comités, que realizan un pormenorizado seguimiento diario de la represión en Siria, registraron en el año 2011 desde el comienzo de las protestas en marzo es de 5.862. Entre los fallecidos se cuentan 395 menores y 146 mujeres, explicó en un comunicado el grupo, que agregó que 287 personas perdieron la vida tras haber sufrido torturas a manos de las fuerzas de seguridad sirias.