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Los «asesinatos de los Döner» destapan un grupo neonazi

Berlín admite la existencia de un nuevo terrorismo ultraderechista que se habría cobrado ya diez víctimas, nueve de ellas inmigrantes

BERLÍN Actualizado: Guardar
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El gobierno de la canciller alemana, Angela Merkel, ha admitido la existencia de un nuevo terrorismo ultraderechista tras una serie de diez asesinatos, nueve de ellos de inmigrantes, cometidos entre 2000 y 2006 por una banda de neonazis que actuó en la impunidad pese a su reconocida militancia.

Se trata de una "nueva forma de terrorismo (...) ahora de derechas", ha afirmado el ministro de Interior, Hans-Peter Friedrich, dos días después de que la fiscalía federal asumiera la investigación de un caso revelado tardíamente y a raíz del suicidio de dos miembros de la banda, en una caravana y tras atracar un banco.

Mientras Friedrich aplicaba, por primera vez, el término terrorismo a atentados atribuidos a la ultraderecha alemana, Merkel expresaba su "gran preocupación" y prometía su total esclarecimiento. "Es un caso extremadamente preocupante", ha manifestado la canciller desde Leipzig, donde mañana abrirá el congreso de la Unión Cristianodemócrata (CDU), que corresponde "investigar en profundidad", como "cualquier otra forma de extremismo".

La actuación policial, en entredicho

La presunta autoría ultraderechista en esos crímenes, hasta ahora conocidos simplemente como "los asesinatos de los Döner" -la mayoría de sus víctimas eran pequeños comerciantes turcos-, ha cuestionado la acción de la policía y los servicios secretos.

Sus presuntos autores materiales fueron un trío de neonazis, núcleo de una banda identificada como "Clandestinidad Nacionalsocialista" (NSU). Es decir, los dos atracadores muertos, de 34 y 38 años, más una mujer que convivía con ellos, identificada como Beate Z, de 36. El trío estuvo en 1998 bajo observación de los servicios secretos, como expertos en artefactos explosivos de un grupo neonazi de Turingia (este), pero luego su pista se perdió. En medios alemanes se especula con que el propio espionaje les proporcionó una identidad falsa para infiltrarlos en esos ambientes. No se descarta asimismo la existencia de otros correligionarios, tras la detención este mismo domingo de un presunto cómplice, al que se imputa pertenencia a la "NSU". El trío, como su presunto cómplice, militó desde la pasada década de los años 90 en grupúsculos ultras y hasta el primero de los asesinatos había atracado catorce bancos.

La trama empezó a revelarse tras hallarse el pasado día 4 la caravana con los cadáveres de los dos hombres que aparentemente se suicidaron con su propia arma, a lo que siguió la explosión de la vivienda que compartían con la mujer, todo ello en Zwickau (este). Se trató de una explosión provocada probablemente para borrar pistas por la mujer, quien dos días después de hacer saltar la casa por los aires se entregó a la policía.

En la caravana se encontró el arma reglamentaria de una agente de la policía de 22 años, asesinada en 2007 en Heilbronn (sur). A ese hallazgo siguió, en la vivienda en ruinas, el de la pistola con que fueron asesinados hasta nueve inmigrantes, ocho turcos y un griego, entre 2000 y 2006 y en ciudades repartidas por toda Alemania.

Según revelaba hoy el semanario 'Der Spiegel', en las ruinas de la casa se encontraron varios DVD conteniendo una confesión grabada de la autoría de esos asesinatos, además de otros atentados sin víctimas mortales, así como la amenaza de nuevos ataques por parte de camaradas de la "NSU".

En las grabaciones aparecen fotografías de sus víctimas, inmediatamente después de haber sido asesinadas de un tiro en la cabeza, todos ellos con la misma pistola de fabricación checa. Una de las imágenes difundida por el semanario presenta al personaje de dibujos animados 'La Pantera Rosa' mostrando con gesto ufano un mapa de Alemania, con los puntos donde cometieron sus asesinatos y la foto de la novena víctima, un turco.

La fiscalía federal asumió el caso el viernes y hoy ha comunicado la detención de un presunto cómplice, de 37 años, bajo sospecha de pertenencia a la misma "Clandestinidad Nacionalsocialista". Al sospechoso se le imputa haber suministrado documentación falsa al trío y haberles alquilado repetidamente caravanas, tanto la usada en el asesinato de la agente como en el suicidio de los dos hombres. Se sabe que estaba en contacto con el trío desde 1990, por lo que tal vez esté asimismo implicado en los sucesivos asesinatos perpetrados por la banda. En medios alemanes se aseguraba hoy que la mujer, Beate Z, trata de conseguir que se la reconozca el estatus de testigo de cargo para lograr atenuantes a cambio de su confesión.