mundiales de atletismo

La mujer africana

Las medallas del continente negro se multiplican en la categoría femenina

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Creo que a todos los que hemos seguido la primera jornada del Mundial nos ha venido la misma idea a la cabeza. La mujer africana ya ha alcanzado el potencial suficiente como para arrasar en las pruebas de fondo. Seis medallas de seis para Kenia en las finales de 10.000 m. y maratón. Un hecho sin precedentes.

A esa fortaleza de Kenia hay que unir el poderío de Etiopía aunque las lesiones (al igual que en categoría masculina) han reducido sus opciones de título. El fondo femenino que tradicionalmente estuvo copado por atletas europeas y estadounidenses, con maravillas de Japón en el maratón, comienza a ser historia.

En Daegu el repaso africano ha sido para reflexionar y tomar nota. Por la madrugada las kenianas-etíopes vapuleaban a las chinas-japonesas en los 42 kilómetros. De Europa poco se ha sabido. Y en la pista, en el 10.000, otra vez África ha dejado sin opciones a las fondistas norteamericanas. Flanagan (séptima hoy) había conseguido ser podio en dos citas internacionales, incluso en cross, pero en Corea su coleta rubia ha entrado en meta a muchos segundos de las kenianas.

En primer lugar el dato de la densidad de atletas africanas es significante. Ya no es una perla excepcional como ocurría hace una década. Y la edad de la campeona, 32 años, también es relevante. Ya no son jóvenes, casi niñas, que pueden competir porque no están bajo la 'tutela' del marido. No. El machismo que ha marcado durante muchos años el deporte, el atletismo, en estos países, parece haber pasado a la historia. Antes, las mujeres dejaban de practicar el atletismo para formar una familia y eso era muy pronto. Se quedaban por el camino muchas grandes figuras que no lo habían dado todo. Ahora ya es diferente. Se toman el deporte como profesionales. Como ya sucedía con los atletas masculinos tanto en Kenia como en Etiopía.

Ese cambio ha sido posible al trasladarse a Europa muchas de las figuras africanas. El cambio de mentalidad es total gracias a los representantes (veían en la mujer africana otras minas de oro) y a los entrenadores.

También da la impresión que las mujeres kenianas están planificando las temporadas de una forma más ordenada y con más paciencia. Llegan a las citas al 100% y no pasadas de forma. Hasta ahora las etíopes parecían más metódicas que las kenianas en este sentido.

Esta primera jornada nos deja esa sensación de dominio absoluto de la raza africana también en la parcela femenina. Es un 'deja vu' de vivido entre los atletas masculinos desde finales de los años 80.