Imagen del presunto asesino, Anders Behring Brevik, en la isla de Utoya. /Foto: Dagbladet
conmoción en NORUEGA

Breivik podría ser acusado de «crimen contra la humanidad»

Conocidas como "dum-dum", tienen los extremos (la punta y el culote) huecos para que el núcleo se fragmente en el impacto

MADRID/OSLO Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La Policía se está planteando la posibilidad de acusar al presunto autor de los sangrientos atentados en Noruega, Anders Behring Breivik, de "crímenes contra la humanidad", ha indicado el fiscal a cargo del caso, según señala este martes un periódico noruego. Esta acusación, que forma parte del Código Penal noruego desde 2008, prevé una pena máxima de 30 años de cárcel.

Según el 'Aftenposten', el fiscal Christian Hatlo ha recalcado que, por el momento, se trata sólo de una posibilidad. "Por ahora, la policía se ha referido al artículo (...) relativo al terrorismo, pero no descarta usar otras disposiciones" de dicho código, dijo a la AFP uno de sus portavoces. No obstante, "aún no se ha tomado ninguna decisión definitiva" al respecto, agregó.

Por su parte, el ministro noruego de Justicia, Knut Storberget, ha calificado este martes de "fantástica" la actuación de la Policía tras los atentados del pasado viernes, en respuesta a las críticas que ha recibido la institución de los medios de comunicación por la lentitud con que reaccionó tras la matanza: "Es muy importante que tengamos un enfoque abierto y crítico, pero cada cosa tiene su tiempo", ha declarado el ministro ante los periodistas tras entrevistarse con el jefe de la Policía.

De momento, el juez ha dictado prisión provisional para el presunto responsable del atentado de Oslo y la matanza de Utoya, Anders Behring Breivik, que ha comparecido ante el magistrado tres días después del doble atentado que ha conmocionado a Noruega y que ha afirmado que tiene "otras dos células" organizadas y que el objetivo de la masacre era "castigar a la socialdemocracia" por traicionar al pueblo noruego al haber fomentado la "importación masiva de musulmanes". El ataque terrorista ha dejado un total de 76 muertos, según el último balance difundido por la Policía noruega, que ha rebajado de 86 a 68 el número de fallecidos a cauda del tiroteo en la isla de Utoya.

Breivik ha abandonado en un todoterreno policial con cristales tintado el juzgado de distrito de Oslo después de comparecer durante apenas media hora ante el juez instructor. En una sesión a puerta cerrada por expresa petición de las fuerzas de seguridad noruegas, Breivik ha reconocido haber colocado el coche bomba en Oslo y haber tiroteado a los jóvenes de la isla de Utoya, aunque "no se siente culpable", según el juez instructor.

El autor de la masacre ha justificado sus acciones por la necesidad de "salvar a Europa del Islam" con el envío de "una fuerte señal al pueblo" e impedir "futuros reclutamientos" para el gubernamental Partido Laborista, al que ha acusado de haber "traicionado al país" y de haber "importado musulmanes de forma masiva". y ha asegurado que actuó con el apoyo de "otras dos células organizadas".

El arrestado compareció ante el juez con más de tres cuartos hora de retraso sobre el horario previsto, ya que dos hombres intentaron bloquear el paso del vehículo policial que le custodiaba y abrirle las puertas durante el trayecto. Grupos de ciudadanos concentrados ante el juzgado han increpado al abogado con gritos de "Cómo puedes defender a ese asesino" y "Dile a tu cliente que se queme en el infierno".

Breivik, de 32 años, ha admitido ante la Policía que llevó a cabo ambos ataques, pero ha negado cualquier responsabilidad criminal por los mismos. Al parecer, el sospechoso querría contar con una plataforma pública para explicar sus acciones, así como personarse ante el juez con uniforme policial, tal y como perpetró su matanza en el campamento de las juventudes socialdemócratas. En este contexto, según su abogado defensor, Geir Lippestad, ha solicitado que su comparecencia sea pública y se transmita en directo, petición que ha sido denegada por el juez, quien ha dictaminado que fuera a puerta cerrada para evitar brindarle una plataforma mediática y también por razones de seguridad.

El juez ha ordenado su detención por un periodo de ocho semanas en régimen de aislamiento, como pedía la fiscalía noruega, durante las cuales permanecerá sin acceso a noticias, cartas o visitantes, a excepción de un abogado. Asimismo, los fiscales habrían solicitado la prolongación del régimen de detención, por cargos de terrorismo, hasta el inicio del juicio, que podría comenzar dentro de un año. La pena máxima en Noruega es de 21 años, pero la ley permite una prolongación si existe en riesgo de reincidencia en el delito. "En teoría, podría estar en la cárcel el resto de su vida", ha declarado un profesor de Derecho Penal de la Universidad de Oslo, Staale Eskeland.

"Golpear a Gro"

Durante su interrorgatorio, Breivik ha confesado que su objetivo era asesinar a la exprimer ministro Gro Harlem Brundtland, que dio un discurso en la isla el mismo día del ataque y que abandonó el lugar poco antes de que Breivik llegara, según ha informado el diario noruego 'Aftenposten'. Brundland, de 72 años, es una de las figuras más destacadas internacionalmente de la política noruega, ya que además de varias legislaturas al frente del Gobierno fue secretario general de la Organización Mundial de la Salud (OMS). "Breivik tenía planeado ir a Utoya durante la visita de Brundtland, pero ha declarado que llegó con retraso", ha señalado el diario, que cita a fuentes anónimas. El periódico señala que Breivik quería "golpear a Gro".

El arrestado admitió ante los agentes que la tragedia fue "atroz", pero "necesaria", tal y como relató a los medios posteriormente su abogado. Además, su defensor ha explicado que Breivik aseguraba no sentir culpa por la masacre que había cometido, alegando que iba a ser el desencadenante de su "revolución".

El presunto autor de la masacre usó un tipo de munición especial, prohibida en las guerras, para causar la mayor matanza posible en su ataque al campamento juvenil. Se trata de las denominadas balas expansivas o 'dum-dum', que tienen los extremos (la punta y el culote) huecos para que el núcleo se fragmente en el impacto. Según un médico que ha atendido a las víctimas, "las balas más o menos explotaban dentro del cuerpo de las víctimas. Las heridas internas que tenían eran absolutamente terribles".

Dimensión europea

La investigación del doble atentado de Noruega cobra dimensiones europeas. Así, la Gendarmería ha registrado esta mañana la casa del padre del presunto autor, que vive retirado en la localidad gala de Cournanel, en el sur del país. En torno a una docena de agentes han entrado en la vivienda de Jens Breivik, un exdiplomático que no ha mantenido contacto con su hijo en los últimos quince años porque sus relaciones se enfriaron durante la difícil adolescencia del joven convertido en pistolero.

Mientras, Scotland Yard ha anunciado que investigará si existen vínculos entre Breivik y una sociedad secreta de Londres. En Oslo se encuentra ya un agente de la Policía Metropolitana para tratar de averiguar que hay de cierto en las afirmaciones de que el asesino era miembro de una sociedad secreta contraria al Islam establecida en Londres en 2002.

El pasado viernes, Behring Breivik mató al menos a 76 personas, según el último recuento oficial, en dos atentados coordinados que lanzó en Oslo y, dos horas después, en el campamento de las juventudes socialdemócratas de la isla de Utoya, a unos 40 kilómetros de la capital noruega. En toda Noruega se ha guardado hoy un minuto de silencio por las víctimas. El homenaje, que ha paralizado el centro de la capital escandinava, ha estado encabezada por la familia real noruega y el primer ministro Stoltenberg, en un acto solemne frente al edificio central de la Universidad de Oslo. Durante 60 segundos Oslo ha enmudecido tras casi 48 horas de información ininterrumpida sobre la tragedia.