ruta quetzal 2011

Freno a los saqueadores

El arqueólogo y descubridor de la tumba del Señor de Sipán, Walter Alva, ha impulsado la legislación para frenar el contrabando de piezas de arte y ha reactivado el interés por la arqueología

LAMBAYEQUE (PERÚ) Actualizado: Guardar
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La profanación de tumbas en el Perú ha sido un deporte de masas a lo largo de su historia. La necesidad aprieta en este país así que dar con una tumba de cualquiera de las múltiples culturas que se han desarrollado en esta zona oeste del Perú es un caramelo muy goloso como para dejarlo pasar.

Pero en 1987, con el descubrimiento de la sepultura del Señor de Sipán, el que fuera el jefe político de la región de los mochicas y que tenía “cuatro o cinco valles bajo su tutela”, el Perú, sus gobernantes, entendió que era necesario una legislación que atajara los saqueos y minimizará el tráfico de obras. Un amplísimo reportaje de la revista National Geographic, en 1988, que lleva a su portada el descubrimiento de esta tumba, dio el espaldarazo definitivo. “Hasta entonces el saqueo de tumbas era algo folclórico”, dice el descubridor de este tesoro, el arqueólogo Walter Alva en un encuentro con la prensa desplazada a esta Ruta Quetzal BBVA. La de Sipán es la primera tumba del mundo que, sin ser antes saqueada, ha sido estudiada desde un punto de vista científico. Estamos ante el mayor tesoro localizado antes de la llegada de los incas a América. Su valor, según Alva, es comparable a otras maravillas como el Machu Pichu o la Muralla de Jericó.

La tumba del Señor de Sipán fue localizada a una hora de carretera al Este de Chiclayo, en julio de 1987. En este mismo punto se han localizado por el momento otras quince tumbas. Actualmente se trabaja en la número 16, la de Piringeia. Corresponde a un guerrero. Alva no descarta que todavía se puedan descubrir “tumbas más importantes”.

El arqueólogo cuenta que el descubrimiento e impacto internacional del Señor de Sipán ha reactivo el interés por la búsqueda y preservación de los tesoros que todavía guarda el subsuelo del Perú. “Los jóvenes de este país piensan que pueden descubrir una tumba semejante y ahora se interesan por la arqueología”, cuenta Alva. No es baladí en un país, con enormes posibilidades en este terreno. Los estudios de arqueología podrían ser una salida para muchos de sus jóvenes. En este sentido es clave el trabajo de divulgación que se hace desde el Museo Tumbas Reales, en cuyos jardines han estado acampados los expedicionarios de la Ruta Quetzal BBVA. Los ruteros han tenido oportunidad de participar en talleres de arqueología, han podido visionar en pantalla gigante un documental sobre el Señor de Sipán y por supuesto han tenido el privilegio de poder recorrer el interior del museo. Las piezas que aquí se muestran, las localizadas en la tumba del Señor de Sipán, están valoradas, según Alva, en 15 millones de dólares. Collares, pectorales de chaquiras, orejones de oro, narigueras, coronas, cetros de mando... Todas ellas fueron restauradas en Alemania debido a que en ese momento no existían en el Perú los medios para realizar este trabajo.

El impacto internacional de este descubrimiento ha dado un impulso a la lucha contra el tráfico de obras de arte. Existe ya un convenio firmado con Estados Unidos -país en el que están los principales compradores de las obras que los saqueadores ponen en el mercado negro- para frenar la entrada de material y se trabaja para hacer lo mismo en Europa. Claro que regular el ir y venir de obras de arte no entierra la posibilidad de que todavía siga habiendo redes que se dedican a ello. En este sentido, Alva asegura que la policía de su país sabe que hay obras que salen del Perú, son llevadas a Suiza donde obtienen “los papeles” y son enviadas después a los compradores de Estados Unidos. En este largo camino por impulsar el valor de los tesoros arqueológicos y ponerlos a disposición de la ciudadanía es clave el trabajo del Museo de las Tumbas Reales. Éste fue inaugurado el 8 de noviembre de 2002. El coste de la obra ascendió a cinco millones de euros. Actualmente recibe 140.000 visitas al año y genera más dinero del que gasta. “Se ha convertido en un símbolo del país. Hoy los peruanos sienten una identidad con el Señor de Sipán”, dice Alva. Y todavía mejor. Ha activado la actividad económica de esta zona necesitada del Perú. Es un paso al frente de los muchos que todavía debe y puede dar este país que están conociendo los aventureros de la Quetzal. Espera la selva amazónica. Empiezan las largas caminatas.