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Zapatero se muestra favorable a controlar por ley el déficit

Prefiere que sean la comunidades autónomas las que promuevan esta iniciativa y apuesta por llegar a un acuerdo con el PP

BRUSELAS Actualizado: Guardar
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El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se ha mostrado dispuesto a dar pasos para controlar por ley el déficit público de todas las administraciones, aunque prefiere que sean la comunidades autónomas las que promuevan esa iniciativa y apuesta además por llegar a un acuerdo con el PP.

En la rueda de prensa con la que ha finalizado su participación en el Consejo europeo extraordinario celebrado en Bruselas, Zapatero ha avalado con estas palabras uno de los puntos del pacto de competitividad propuesto por la canciller alemana, Angela Merkel, quien aboga por prohibir en las legislaciones de cada país los déficit excesivos.

Zapatero ha dejado claro el "firme respaldo" de su gobierno a la convergencia y la coordinación de las políticas económicas que propugna ese pacto, aunque ha vuelto a cuestionar la propuesta de eliminar las cláusulas de revisión salarial ligadas a la inflación y ha defendido que sindicatos y patronal lleguen a fórmulas "flexibles que preserven al máximo la capacidad adquisitiva de los trabajadores".

Respecto al control del déficit, Zapatero considera que la ley de estabilidad presupuestaria en España "está en términos generales bien planteada" y ha recordado el compromiso de las comunidades autónomas gobernadas por el PSOE de fijar cada año por ley un techo de gasto. "Pero si me pregunta si estoy dispuesto a dar más pasos para fortalecer desde el ordenamiento jurídico el control del déficit, la respuesta es sí", ha recalcado. A su juicio, teniendo en cuenta el margen de autonomía política y fiscal de las comunidades y el "calado político" de la medida, deberían ser los gobiernos autonómicos los que promovieran esta iniciativa porque, además, cualquier iniciativa será "mucho más útil" si es fruto de la voluntad política de todas las administraciones.

Armonización fiscal

En el Consejo de hoy cada mandatario ha expuesto su punto de vista sobre el plan de competitividad, que intentarán consensuar los miembros del Eurogrupo en una nueva cumbre a principios de marzo, y Zapatero ha reconocido las discrepancias de los socios europeos por las diferencias socioeconómicas y estructurales de cada país.

La propuesta de Merkel de vincular los salarios a los beneficios empresariales no ha obtenido consenso y Zapatero ha aprovechado la ocasión para defender la negociación colectiva que, ha dicho, ha permitido a España durante años adaptar los sueldos a las circunstancias de la economía y conseguir moderación salarial en momentos de crisis. "Lo importante es que el país sea capaz de adaptarse a las circunstancias", ha repetido tras expresar su confianza en el acuerdo de empresarios y sindicatos. Zapatero ha calificado de "ineficiente" cualquier modelo rígido y ha apostado por la flexibilidad, siempre que se mantenga el poder adquisitivo cuando sea posible.

Al margen de esta cuestión, ha apoyado una armonización fiscal en el Eurogrupo, aunque ha precisado que la propuesta de acercar el impuesto de sociedades se basaría en la homogeneización de las bases imponibles, más que de los tipos.

A su entender, no debe extrañar a nadie el firme apoyo de España a un plan que busque incrementar la competitividad europea mediante la convergencia y la armonización de las políticas económicas, ya que ésa fue precisamente una de las prioridades de la presidencia española de la UE. "El sistema financiero del euro exige una economía que converja, que las economías de los países de la zona euro sean competitivas y tengan un alto grado de coordinación", ha insistido. Para Zapatero, el mes de marzo, con la reunión de líderes del Eurogrupo y el Consejo Europeo, tendrá "una trascendencia histórica" ya que en ambas cumbres se abordará el plan de competitividad y la flexibilización del plan de rescate de la zona euro, lo que dará estabilidad financiera.

Formación profesional y políticas de innovación

Al margen de las medidas más polémicas, ha destacado el interés de España por la convergencia europea en formación profesional y en políticas de innovación. La brecha que separa a España de la UE en este último capítulo es importante y Zapatero ha puesto sobre la mesa la posibilidad de alcanzar un pacto entre todas las administraciones españolas para intentar destinar un 3% del PIB a la I+D+i, aunque ello suponga recortar otras partidas presupuestarias.

Al margen del pacto de competitividad, que ha centrado la mayor parte del debate, los Veintisiete han abordado precisamente la agenda de innovación europea y la política energética. En este apartado España ha defendido "una mayor y más efectiva" interconexión del mercado interior de la energía y ha pedido el apoyo de todos los socios al desarrollo de las infraestructuras que la Comisión ha identificado como prioritarias, entre las que están las interconexiones de gas y electricidad de España con Francia. El Consejo ha aprobado también una declaración sobre la crisis egipcia y Zapatero ha condenado con contundencia las agresiones a los periodistas en El Cairo.