El español ha sufrido un set en blanco inesperado.
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Nadal supera su debilidad en el desierto

El español sufrió para superar al 89 del mundo con claros síntomas de agotamiento (7-6 (3), 0-6, 6-3)

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Las décimas de fiebre que aparecieron en el termómetro de Rafael Nadal en la madrugada del lunes han terminado por pasarle factura. El español, que en segunda ronda del torneo de Doha debía haber superado con sencillez al eslovaco Lukas Lacko, vivió en la noche del desierto algunos malos momentos que hacía tiempo que no recordaba.

El primer síntoma de que algo negativo ocurría en el cuerpo de Nadal llegó en un maratoniano tercer juego –más de 15 minutos- en el que el centroeuropeo aprovechó su cuarta opción de ‘break’ para ponerse en cabeza. Aunque el manacorense respondió pronto y se hizo con la primera manga en el desempate se le veía impreciso, enfadado consigo mismo y con una pesadez de piernas poco habitual en el balear.

Los malos augurios cristalizaron en un segundo set en el que el eslovaco derribó a Nadal con más bolas a la línea y continuos cambios de lado a lado de la pista para exprimir el físico de su oponente. Una vez que Lacko había tomado la iniciativa (3-0) el español decidió guardar energías para la tercera manga mientras al otro lado de lap sita disfrutaba un tenista sorprendido de un momento de gloria inesperado. El incrédulo número 89 del ránking ATP logró el primer 6-0 contra el número 1 del mundo desde que en 2009 Andy Murray le ganara el tercer set de Rotterdam. Toda una hazaña para un jugador un año menor que Nadal y que no ha logrado ningún título en su carrera.

Las alarmas saltaron y Nadal reapareció en el tercer set empleándose a fondo. Con golpes más poderosos y un juego más agresivo para cerrar pronto sus puntos empezó a superar sus problemas de respiración y eliminó cualquier amago de recaída. Tenía que vencer a su propio agotamiento y debilidades hasta quiso devolverle el set en blanco a un rival que nunca cedió. Poco le faltó (6-3), pero al menos pudo superar las consecuencias de una enfermedad que espera que no tenga consecuencias en el Open de Australia que comenzará el próximo 17 de enero.

El español jugará en cuartos de final contra el letón Ernests Gulbis, quien superó sin problemas al croata Antonio Veic, procedente de la clasificación, por 6-3 y 6-1.