El Barça golea sin piedad

El Barcelona se convirtió en un huracán que arrasó y humilló al Almería. La goleada de escándalo (0-8) fue liderada por Messi. El argentino logró un ‘hat-trick’ y confirmó su extraordinario momento de forma, con 15 goles en los últimos nueve partidos. El Barça recordó al equipo que conquistó el triplete hace dos temporadas por la facilidad pasmosa con las que sumó la victoria. Pese a la abultada victoria, el equipo ‘culé’ no realizó su mejor partido, pero fue más práctico que nunca ayudado por los flagrantes errores defensivos del equipo de Juanma Lillo. El técnico de los andaluces, muy cuestionado antes del encuentro, fue destituido a su finalización.

El Barça llegaba temeroso al partido contra el Almería. Guardiola no quería que la cercanía del clásico ante el Madrid despistara a sus pupilos. Preocupación infundada o precaución acertada visto el resultado. Los azulgrana pasaron por encima de los andaluces en tan sólo 45 minutos. Al descanso los locales ya habían recibido una manita. El partido no tuvo historia. Los goles fueron cayendo con la misma velocidad con la que aumentaba la indignación del público local. Y eso que el Almería era, hasta este choque, el tercer conjunto menos goleado de la Liga.

Pero la figura del encuentro fue Messi. El argentino fue el encargado de abrir el marcador al culminar una preciosa pared de tacón con Villa. La ‘Pulga’ marcó el quinto y el séptimo para sumar 101 goles en Liga. Una cifra que a su edad, 23 años, sólo supera Raúl.

Regalos defensivos

Guardiola reservó a Piqué, con cuatro amarillas, y a Busquets. El canterano Fontás cumplió como central. Apenas tuvo trabajo, pero en los residuales ataques de los rojiblancos, siempre tuvo controlado a Goitom y Piatti. Pero lo mejor para el joven defensa fue el espléndido pase de 50 metros a Pedro en el cuarto gol. La presencia de Mascherano pasó desapercibida. El fútbol del centrocampista argentino, de fuerza y presión, no fue necesaria. Xavi e Iniesta tomaron los mandos y dirigieron la sinfonía azulgrana. Tras el tanto inicial de Messi, comenzó el carrusel de regalos de la zaga almeriense. El primero fue una pared involuntaria a Iniesta, que el albaceteño no perdonó. Acasiete marcó el tercero en propia puerta. El público local desesperaba ante el ridículo de su equipo. Esta vez, ni la magia de su guardameta, Diego Alves, les salvó de la debacle.

Con el partido resuelto, en la segunda mitad, Guardiola dio descanso a Xavi e Iniesta por Thiago y Bojan. Con estos cambios, el de Santpedor reservó a sus dos ‘cerebros’ y consiguió mantener la intensidad de sus hombres con la entrada de los menos habituales, deseosos de aprovechar su oportunidad. Y Bojan fue quien más ganas y acierto demostró. El delantero estuvo muy activo y marcó dos tantos. El técnico culé también dejó a Villa durante todo el encuentro, pero el asturiano no vio puerta. Quizás prefirió reservarse para el choque contra el Madrid. Porque tras la goleada, el Barça ya puede pensar en el clásico.