Joan Herrera, el único que apuesta por el tripartito

Joan Herrera (Barcelona, 1971) se estrena como candidato de ICV, formación ecosocialista y heredera del histórico PSUC, que tiene su mayor fuerza en las zonas urbanas de la provincia de Barcelona. Licenciado en Derecho, Herrera, bregado en el Parlamento español durante dos legislaturas, pretende mantener la actual mayoría de izquierdas en el Parlament.

Defensor del federalismo plurinacional como modelo de Estado, ICV, que no mantiene una relación orgánica con IU, pero sí de colaboración y coalición en el Parlamento de Madrid, cuenta con doce diputados en Barcelona, una cifra que según los sondeos podría repetir. El riesgo, como le ocurrió en 1999 y 2003 y como le suele pasar en las elecciones generales, es que el llamado voto útil de la izquierda lo aglutine el PSC.

Herrera, que vive en pareja y tiene un hijo, es el único candidato del actual tripartito que se ha mostrado partidario de repetir la fórmula de gobierno que rige Cataluña desde 2003. Su apuesta electoral es la salida de la crisis desde la izquierda ecologista. "La crisis ha puesto en evidencia el agotamiento del modelo neoliberal y las desastrosas consecuencias que ha tenido en forma de paro, empobrecimiento de millones de personas y destrucción de la naturaleza", señala. "La salida de la crisis -añade- no se puede basar en más recortes de derechos sociales y laborales". "Es necesaria -remata- una política que ponga los intereses de la mayoría por encima de los intereses de los mercados financieros". Una izquierda clásica que cree que los tres grandes retos de la próxima legislatura serán la crisis, la sentencia del Estatut, que "cuestiona nuestra voluntad como pueblo", y el creciente alejamiento de los ciudadanos hacia la política.

Herrera, que siempre se desplaza en bici y en metro, sustituye a Joan Saura, actual consejero de Interior e histórico dirigente ecosocialista, lo que supone un cambio generacional en la formación, pero también una victoria del sector más verde del partido. Saura ha sufrido un gran desgaste como consejero de Interior, ya que desde su partido, con miembros declarados públicamente antisistema, se le acusó de que la policía utilizaba la fuerza en exceso, un extremo que se le negaba desde ámbitos de fuera de su formación.