La décima plaga de Egipto, de Joseph Mallord William Turner.
ARTE

Turner, en el diván

El Prado presenta una exposición temporal del artista inglés junto a sus maestros holandeses, venecianos y franceses

MADRID Actualizado: Guardar
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Joseph Mallord William Turner (Londres 1775-1851) regresa a Madrid. En 1983, tuvo un paso efímero y poco consiste. Apenas unas acuarelas colgaron de las paredes del Prado. Ahora vuelve por la puerta grande y muy bien acompañado. Rembrandt, De Lorena, Canaletto, Constable o Rubens arropan al paisajista en una exposición, Turner y los maestros, que ha visitado la Tate Britain de Londres y el Grand Palais parisino en los últimos meses. La colección de 40 cuadros de Turner más los de sus autores preferidos se abrirá al público el próximo martes 22 de junio y se clausurará el 19 de septiembre.

La idea de juntar al pintor inglés más importante con sus maestros nació hace casi 40 años. El consejo del Tate Britain sondeó esta posibilidad, que fue rechazada por dos motivos: la posibilidad de encontrar los cuadros y un cierto complejo de inferioridad. “Había miedo de compararse a Tiziano, por ejemplo, u otros maestros”, ha apuntado David Solkin, comisario general de la muestra y director adjunto de The Courtauld Institute of Art, durante la presentación. En 2002, el propio Solkin recuperó la idea de Turner y los maestros. Esta vez, le dijeron que sí, pero han tardado siete años en montar la muestra. Y eso que convencer al Grand Palais parisino y el Prado fue de lo más sencillo. “La simplicidad de la idea permitió ahora encontrar los préstamos con mucha más facilidad”, comentó el comisario inglés.

Ahora, la comparación entre los maestros ayudará a comprender de qué manera el acercamiento y las respuestas de Turner hacia otros artistas tuvieron como fin no solo rendirles homenaje sino también aproximarse a ellos mediante una sutil forma de transformación de sus enseñanzas. “Quiso ser más Claudio que De Lorena y más ‘rembrandtiano’ que Rembrandt”, ha señalado hoy Gabriele Finaldi, director adjunto de conservación del Museo del Prado. “Usa el paisaje para ahondar en temas universales como la antigüedad o la biblia. Pero Turner no cree en Dios sino en la naturaleza”, apuntó a continuación Solkin.

Cuadros inéditos

La muestra incluye cuadros de Turner que no habían visitado nunca el Prado como Naufragio de un carguero, Tormenta de nieve, Aníbal y su ejército cruzando los Alpes, Paz. Entierro en el mar o Moisés escribiendo el libro del Génesis. También son nuevas algunas de las obras que arropan al genio inglés como Muchacha en la ventana (Rembrandt), Les Plaisirs du Bal (Watteau). Puerto con el embarque de santa Úrsula (Claudio de Lorena) o Paisaje con una carreta al atardecer (Rubens). “La comparación con estas obras permite disfrutar y entender las pinturas”, comentó Javier Barón, comisario de la exposición.

Unas obras necesarias para entender a este hijo de un barbero y fabricante de pelucas, que ejerció una gran influencia en el siglo XIX pero que supo aprender de sus maestros holandeses, flamencos, venecianos, franceses e incluso británicos como Gainsborough y Wilkie.