san fernando

José Sacristán ya tiene una butaca en el Real Teatro de Las Cortes

El intérprete estrena esta noche 'Yo soy Don Quijote de la Mancha' que abre la temporada de otoño de teatro en La Isla

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El delegado de Cultura, el andalucista Francisco J. Romero, aprovechó la presencia del popular intérprete José Sacristán en San Fernando, que esta noche inaugurará la temporada de otoño 2012 del Real Teatro de Las Cortes con la representación de la obra 'Yo soy Don Quijote de La Mancha', para destapar una placa que desde hoy pondrá el nombre y el apellido del actor a una de las butacas del Real. Romero explicó que este gesto sirve para reconocer la imponente trayectoria artística del interprete y recalca que con él Sacristán pasa a formar parte del reducido y selecto grupo de actores y actrices cuyos nombres lucen en la trasera de los respaldos de determinadas butacas del Real Teatro de Las Cortes. Dicho grupo, recuerda el edil, está formado por el difunto José Luis López Vázquez, el recientemente fallecido Juan Luis Galiardo y Concha Velasco.

“A estas alturas nadie duda que José Sacristán es uno de nuestros mejores y más queridos actores. Sin ir más lejos, llega a La Isla pocos días después de haber ganado su segunda Concha de Plata al mejor actor en el Festival de Cine de San Sebastián gracias a su última película: 'El muerto y ser feliz', de Javier Rebollo, José Sacristán se ha ganado el cariño y el respeto tanto del público como de sus compañeros de profesión. Los isleños también nos confesamos admiradores de este gran actor, cómodo y versátil en cualquier género, y a través de este sencillo acto le rendimos homenaje. Es un honor que el nombre del interprete luzca desde hoy en el respaldo de una de las butacas de un teatro que es cuna del parlamentarismo”, afirmó Romero.

Por su parte José Sacristán aseguró que en cualquier sitio un reconocimiento de este tipo "es un honor pero aquí es un compromiso. Desde hace tiempo intento que tenga utilidad y sirva para algo, por ello que el nombre de una butaca bajo este techo tenga mi nombre compromete. Desde que vi mi primera película con siete u ocho años no esperaba llegar aquí. Mi vida y mi trabajo han ido de la mano y siempre ha tenido sentido para mí. Entretener, hacer reír y llorar al espectador y ahora cuando me pongo delante de una cámara o me subo a un escenario quiero que mi trabajo vaya aún más allá".