Tratamiento avanzado para la fibrilación auricular.
el laboratorio

Crioablación: frío contra las arritmias

La fibrilación auricular paroxística es la arritmia cardiaca sostenida más frecuente. Consiste en la descoordinación del ritmo de contracción de la aurícula. Se calcula que en Europa afecta a 4,5 millones de personas

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La fibrilación auricular es una alteración cardiaca que puede llegar a desencadenar complicaciones cardiovasculares importantes, entre otras, embolias cerebrales. El aumento de su prevalencia se asocia al envejecimiento de la población, por lo que los expertos pronostican que en 2050 las tasas de esta arritmia se habrán multiplicado por 2,5.

Una de las técnicas más avanzadas para el tratamiento de esta arritmia en su forma no persistente o paroxística es la crioablación. Se trata de un procedimiento en el que la fuente de energía aplicada es el frío, al contrario que en la terapia convencional en la que habitualmente se emplea el calor, administrado mediante radiofrecuencia. La Unidad de Arritmias del Departamento de Cardiología de la Clínica Universidad de Navarra ha incorporado recientemente un equipo específico para tratar con crioablación este tipo de fibrilación auricular, la paroxística. El mayor beneficio de esta técnica radica en que el tratamiento se realiza por congelación, en un solo impacto de energía, y de una manera más rápida y eficaz. El procedimiento ya ha sido efectuado con éxito en numerosos pacientes.

Técnica convencional

Hasta ahora, el método convencional consistía en aplicar impactos de radiofrecuencia, punto a punto, en todo el perímetro de las venas pulmonares, lugar donde se origina la arritmia. Con las pequeñas lesiones (ablaciones por radiofrecuencia) realizadas alrededor de dichos vasos sanguíneos, se consigue interrumpir el paso del impulso eléctrico, responsable de la contracción irregular, desde las venas pulmonares hasta las cavidades cardiacas (aurícula izquierda).

Crioablación con balón de óxido nitroso

En el procedimiento de crioablación, la aplicación del frío se consigue gracias a la introducción, por medio de un catéter, de un balón lleno de óxido nitroso (compuesto químico empleado como fuente de frío). Los electrofisiólogos consiguen hacer llegar este dispositivo hasta la intersección de las venas pulmonares con la aurícula izquierda para así aislar e impedir la propagación del impulso eléctrico anómalo.

Una vez introducido el balón hasta el lugar preciso, se procede a inflarlo. Para ello se utiliza el óxido nitroso, un gas cuya temperatura de congelación aproximada se sitúa entre -40 y -50ºC. De este modo, al inflar y congelar el balón conseguimos ocluir el orificio de la vena, generando una lesión (ablación), a la vez y en un solo impacto, en todo el perímetro interno de la vena pulmonar. De ahí que no resulte necesario efectuar la ablación punto a punto, como ocurre en el caso de la radiofrecuencia. Al mismo tiempo, el balón inflado consigue cerrar, durante todo el procedimiento, la comunicación de la vena pulmonar con la aurícula sin necesidad de movilizar el catéter durante la aplicación.

Ventajas del procedimiento

Las ventajas que aporta al paciente la técnica con crioablación, respecto a la ablación con radiofrecuencia, residen en una mayor rapidez y sencillez del procedimiento. Además, para realizar esta técnica no es preciso utilizar sistemas de navegación no fluoroscópica, como ocurre con la radiofrecuencia, necesarios para conocer con exactitud el lugar donde se debe efectuar la ablación. Es suficiente un sistema de escopia (observación por rayos X y contraste). La necesidad de una única punción transeptal (accediendo a través de la vena femoral) y no de dos, como habitualmente precisa la aplicación de radiofrecuencia, es otro de los beneficios que ofrece la crioablación.

El ingreso hospitalario medio es de tan solo 48 horas, el mismo que con el procedimiento convencional, y se efectúa bajo sedación superficial, sin necesidad de anestesia general. El día anterior a la prueba se le realiza al paciente un TAC para que los cardiólogos puedan conocer con exactitud la morfología particular de sus venas pulmonares y obtener así mayor información para abordar adecuadamente el procedimiento. El porcentaje de éxito en el tratamiento de la fibrilación paroxística mediante crioablación es igual o incluso mejor que el obtenido con el sistema tradicional de radiofrecuencia, pero es notablemente más sencillo y rápido, por lo que es aplicable a un gran número de pacientes.

Además, la Unidad de Arritmias de la Clínica Universidad de Navarra posee los dos sistemas de navegación no fluoroscópica más sofisticados disponibles en la actualidad y otros sistemas de disparo único mediante radiofrecuencia, lo que permite elegir la metodología óptima e individualizada para el tratamiento de las arritmias cardíacas en cada paciente.