Laporta dice que desconocía la trama de espionaje. / Archivo
fútbol

El espionaje del Barcelona FC fue una «auditoría de seguridad»

El director general del equipo, Joan Oliver, afirma que solicitó la investigación porque las amenazas y robos así lo requerían

BARCELONA Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El director general del FC Barcelona, Joan Oliver, ha asegurado que la investigación a cuatro vicepresidente del club -Jaon Boix, Joan Franqusa, Rafael Yuste y Jaume Ferrer- a través de una empresa de detectives, tenía como objetivo "proteger" y no "espiar" a estas personas.

Oliver contrató el pasado abril, sin permiso de los investigados y sin que lo supiese el presidente del club, Joan Laporta, a unos detectives para que investigaran la vida privada y profesional de los vicepresidentes.

"No queríamos espiarles, sino protegerlos. La prueba de que no hay nada que indique que es irregular u ofensivo por parte de nadie es que se ha hecho público y no ha habido actuación alguna por parte de nadie", ha manifestado el director general en una rueda de prensa convocada tras hacerse pública esta información.

Espionaje solicitado

Oliver ha explicado que fue Franquesa quien pidió al club que verificara si era objeto de una investigación externa al club. "El origen es que en el primer trimestre, en marzo, el vicepresidente Joan Franquesa se dirige al club para decirnos que tiene indicios de que está siendo investigado, y nos pide por favor que verifiquemos su situación de seguridad", aseveraba.

"Dados los antecedentes de seguridad el club, tema amenazas al presidente, robos de ordenadores y otros accidentes, y dado que la seguridad es muy importante, nos pareció que la petición era razonable y tenía sentido extenderla a otros vicepresidentes, los señores Boix, Ferrer y Yuste", comentaba al respecto.

Así pues, se encargó una "auditoria de seguridad" a una empresa, con "discreción". Ha explicado que a principios de abril tuvieron los resultados de la auditoria y que se compartió esa información con los cuatro vicepresidentes, quienes tienen los resultados en su mano. "Han pasado seis meses, fue un proceso normal, dentro de las muchas cosas de seguridad que nos vemos obligados a hacer. Fue un hecho más, sin trascendencia".

"Esto pasa poco después de que el vicepresidente primero Alfons Godall dijera que no tenía intención de seguir en el club tras la marcha de Laporta, y el resto de vicepresidentes adquieren una relevancia pública que hace que puedan ser sensibles desde el punto de vista de la seguridad. En este sentido, sí es en clave electoral, porque tienen un papel mayor", ha afirmado.