La respuesta de los hondureños al golpe militar ha sido salir a votar. / Efe
crisis política

Los hondureños responden en las urnas

Los partidarios del presidente Zelaya se han movilizado para intentar convencer a la población de que participe en la consulta

TEGUCIGALPA Actualizado: Guardar
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A ritmo de rumba con estribillo propagandista y la perspectiva de un largo día de trabajo para llevar urnas a centros de votación, los seguidores del presidente de Honduras, Manuel Zelaya, se han movilizado para intentar convencer a la población de que participe en la consulta. El ambiente ha cambiado ha medida que se ha ido conociendo el golpe militar: el secuestro del presidente y su posterior liberación en Costa Rica. Los ciudadanos han salido a votar mientras los tanques del Ejército ocupan las calles de Tegucigalpa.

Los seguidores, algunos con el sombrero vaquero que el propio Zelaya muestra en sus apariciones públicas, han tardado en salir en caravana por las intensas lluvias que ha dejado la depresión tropical que asoma al norte de Honduras. Sin embargo, al final, los altavoces de los coches de los simpatizantes del presidente -algunos con la identificación de ser vehículos del Estado- ulularon por toda la ciudad canciones con estribillos como "vamos a la consulta, vamos a la consulta popular" y "vamos a votar por la democracia participativa". Ríos ha explicado que al menos 1.500 taxis en Tegucigalpa y otros tantos en San Pedro Sula, la segunda ciudad más importante del país, garantizarán el transporte gratuito a aquellos que quieran votar a partir de las 07.00 hora local (13.00 GMT).

Antes, por la noche, se están encargando de distribuir por escuelas, plazas y hasta centros comerciales los recipientes donde se depositarán los sufragios. También reparten más de dos millones de papeletas para preguntar a los hondureños si en las elecciones generales de noviembre debe figurar una cuarta urna para convocar a una Asamblea Constituyente.

Silencio de la oposición

La oposición ha optado por no responder. Los detractores de la consulta -entre ellos el mismísimo partido de Zelaya, el Liberal- han optado por pedir a los hondureños que ignoren la llamada a la convocatoria. Según ellos, aunque la consulta no es vinculante, se trata de una "farsa" y una excusa para que el presidente comience a abrir el camino a su reelección con la reforma de la Constitución.

En medio de todo este "molote" -como denominan los hondureños a los líos de tamaño considerable-, algunos tienen otras preocupaciones, como la subida del combustible anunciada por el Gobierno para el lunes. "Nos han dicho que lo de la cuarta urna es para sacar a los ricos del poder y luego nos han dicho lo contrario, que es el presidente el que no se quiere ir, y yo ya estoy confundido.

Y encima el combustible, ¿qué hago yo la semana que viene?", señalaba José Adolfo Mairena, un taxista que hoy trabajará normalmente. Jesús Castillo, conserje de una escuela de la colonia Kennedy de la capital, ha recibido la visita de dos hombres y una mujer que le informaron de que pasarían por el centro educativo antes de las cinco de la mañana para llevar las urnas. "Hablé con el director de la escuela y me dijo que sí, que les abriera la puerta principal y las de dos aulas", ha señalado."Me fregaron (fastidiaron) el domingo", ha agregado.