Un total de nueve viviendas han sido registradas. / CRISTÓBAL
Ciudadanos

El palacio de Iván

Los detenidos presumían de llamativas mansiones, especialmente su líder, «el piloto más rápido del río»

| SANLÚCAR Actualizado: Guardar
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Un gran caserón de madera pintado de rojo llama la atención a los viandantes en la calle Descubierta de Sanlúcar, junto a la avenida de la Marina. Es la mansión de Iván O. R., el jefe de la banda desarticulada ayer y considerado en el mundo del narcotráfico «el mejor piloto de planeadoras del río Guadalquivir», como reconocía ayer la propia Guardia Civil: «Se conocía cada rincón del río» lo que le permitió zafarse de la detención decenas de veces.

Quizá por eso se sentía intocable. Tanto como para presumir del dinero que ganaba con el hachís, ya fuera paseándose en su flamante Hummer negro, como construyéndose una extravagante y nada discreta mansión de madera pintada de rojo. Un palacio que, ayer, fue de los primeros en ser registrado en un espectacular asalto, a cargo de las unidades especiales de la Guardia Civil. A Iván lo sorprendieron durmiendo en calzoncillos. Y dentro de la casa encontraron todo tipo de tesoros: desde pantallas de plasma en cada habitación a un gimnasio, una sauna, un jacuzzi de tres metros, varios coches, motos de agua... También algunas armas de fuego.

Pero Iván no era el único de la banda que decidió invertir el dinero del hachís en ladrillos. Otro de los detenidos poseía, con apenas 25 años, un imponente chalé de cientos de metros cuadrados en el camino de Sevilla, también preñado de lujos (a veces faltos de mesura) como la simulación de un cielo estrellado en el salón por medio bombillitas.

Levantado en sólo un año

«Sólo en el sistema eléctrico se gastó 14 millones de pesetas y tardó en construir el chalé poco más de un año», recuerda un vecino del barrio, donde se mezclan casas ilegales de humilde construcción y sospechosas mansiones, situadas descaradamente a espaldas del cuartel de la Guardia Civil de Sanlúcar.