La tardía vocación de un ex-amigo de la 'jet set' rusa

Regenta en Moscú uno de los locales más suntuosos y mejor atendidos del mundo. Cuida todos los detalles y su forma de ver la vida, especialmente la gastronómica, le ha generado numerosos enemigos en su país. Komm presume de ser el único cocinero ruso que es propietario de sus negocios.

El polifacético chef pudo montar su espléndido comedor gracias a su constancia y a una inteligencia y perspicacia fuera de lo común. Se dedicó a los fogones después de estudiar Física y de triunfar en la moda. Anatoly representaba las importaciones de grandes firmas italianas. Cuando llevaba Gucci, Armani o Dolce y Gabbana era un personaje respetado, con amistades entre las altas esferas rusas. Pero se decantó por los pucheros y su popularidad decayó. Los cocineros, en Rusia, no merecen la amistad de la jet set.

Pero su vocación tardía mandaba y lo dejó todo para inventar platos nuevos revisando recetas clásicas. Su misión: que sus compatriotas den un salto cualitativo trascendental y formar una élite que admire la cocina de vanguardia. Difícil lo tiene el artista.